Guillermo y Harry deben estar hundidos: Nuevas informaciones sobre Lady Di

El 28 de julio de 1981, un día antes de su boda con Carlos, Diana de Gales vivió un momento de gran angustia. Aunque inicialmente mostró entusiasmo, gritando “¡Me voy a casar con el príncipe de Gales mañana!”, pronto sus emociones cambiaron a miedo. Diana, que más tarde sería madre de los príncipes Guillermo y Harry, comenzó a sentir la presión de lo que representaba ese matrimonio.

El enlace con el heredero al trono de Inglaterra parecía un sueño, pero la realidad comenzó a hundir a Diana en la angustia. Según The Diana Chronicles de Tina Brown, Diana empezó a sentir el peso del compromiso y los temores que acompañaban esa unión Real. La joven princesa pronto se dio cuenta de que su vida cambiaría por completo, pero no de la manera en que esperaba.

La carta tranquilizadora de Carlos III

Según Penny Junor en La duquesa: la historia no contada, Carlos III envió una nota a Diana, en un intento por calmarla. La carta decía: “Estoy muy orgulloso de ti y cuando vengas a mí mañana, estaré junto al altar esperándote. Solo tienes que mirarlos a los ojos y les dejarás muertos”.

La decisión de Carlos de enviarle una nota llegó después de que se supiera que Diana gritó, como nunca, antes de su boda. El pavor inundó a la princesa, que casi protagoniza un 'novia a la fuga', tal como recoge el libro de Tina Brown. Las palabras de Carlos buscaban serenar a Diana, pero no consiguieron quitarle las dudas que sentía sobre el futuro.

Diana ya se enfrentaba a un matrimonio marcado por la infidelidad y la falta de amor. Aunque la pareja mantenía las apariencias, Diana de Gales ya intuía que el amor de Carlos por Camila Parker Bowles lo mantenía distante emocionalmente. El matrimonio entre Diana y Carlos comenzó con grandes expectativas, pero rápidamente se convirtió en una oscura relación, llena de problemas emocionales y de confianza.

El principio de un matrimonio problemático

La falta de amor y el sufrimiento emocional de Diana la afectaron profundamente. La situación empeoró aún más cuando la princesa descubrió las continuas infidelidades de Carlos, lo que destrozó por completo su confianza. Este fue el comienzo de un matrimonio que terminaría en divorcio y con la trágica muerte de Diana.

Las consecuencias del matrimonio de Diana y Carlos no solo la afectaron a ella, sino también a sus dos hijos, los príncipes Guillermo y Harry. Los problemas emocionales y las infidelidades marcaron su infancia, dejando una huella profunda en su relación con su padre. Todo ello se vio mucho más agraviado por la trágica muerte de su madre.

La historia de Diana de Gales es, por tanto, un relato de lucha interna, soledad y sufrimiento, que aunque públicamente fue silenciado, marcó la vida de sus hijos para siempre. Los recuerdos de ese angustioso momento antes de su boda siguen siendo parte de la historia de la Familia Real británica y afectan la vida de Guillermo y Harry hasta hoy.