Persona con traje forense junto a un vehículo con la cajuela abierta y un recuadro con la imagen de una mujer sonriente rodeada de frascos y un moño negro en señal de luto
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Teresa, la cuidadora que ha muerto asesinada a hachazos: 'Ella quería renunciar'

La auxiliar fue brutalmente asesinada por Enrique Leirós, el marido de la mujer a quien cuidaba, en su domicilio

Teresa de Jesús González, auxiliar de ayuda a domicilio, fue brutalmente asesinada el pasado martes 29 de julio. Unos hechos que ocurrieron al acudir a su puesto de trabajo en una casa de la parroquia de Atios, en Porriño, Pontevedra.

Tenía 48 años, vivía en el cercano municipio de Mos y llevaba más de un año atendiendo a la mujer de Enrique Leirós, un jubilado de 73 años con antecedentes de salud mental. La mató supuestamente a hachazos, uno de ellos en la cabeza, a primera hora de la mañana.

Vela encendidas en recipientes rojos y blancos rodean la foto de una mujer en un homenaje o altar improvisado junto a una pared de piedra

Lo que parecía una jornada más en la rutina de cuidados terminó en tragedia. Y es que Teresa acababa de llegar a la finca cuando su agresor la atacó sin previo aviso. Pocos minutos después, un familiar se acercó al domicilio y dio la voz de alarma al encontrarse con la dantesca escena del crimen.

Cuando los agentes de la Guardia Civil llegaron al lugar, se encontraron a Enrique sentado. Tenía manchas de sangre en la ropa y la mirada perdida. Según apuntan las primeras informaciones, el hombre podría haber sufrido un episodio de alucinación.

Una cuidadora asesinada tras denunciar acoso

Solo un día antes del crimen, Teresa, trabajadora del Servicio de Ayuda en el Hogar (SAF), había denunciado una situación de acoso sexual por parte de Enrique Leirós. Y es que el lunes comunicó a su empresa, Aralia, lo que había ocurrido, y su decisión de renunciar a su puesto de trabajo.

Un agente forense de la Guardia Civil camina junto a un coche azul llevando dos maletines de equipo en una zona residencial.

Sin embargo, nunca llegó a hacerlo. La mañana siguiente volvía una vez más a ese domicilio, donde ya no pudo salir con vida. 

Enrique era un carnicero jubilado con problemas mentales

Enrique Leirós había trabajado toda su vida en el sector cárnico. Tras su jubilación, convivía con su mujer, que había sufrido un ictus. Una semana antes, había sido ingresado por problemas psiquiátricos, pero pidió el alta voluntaria, a pesar de que su familia se opuso a que regresara al hogar.

Persona con traje forense blanco inspecciona la entrada de una propiedad rodeada de vegetación y una cerca de malla

Vecinos y conocidos relatan que Enrique ya había dado muestras de deterioro cognitivo y de demencia. Cuando fue detenido por la Guardia Civil, fue trasladado directamente al Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo para una evaluación psiquiátrica. Los especialistas confirmaron que se encontraba completamente desorientado.

El crimen ha generado una profunda conmoción en la comunidad. El Ayuntamiento de Porriño ha decretado varios días de luto y se han convocado concentraciones de repulsa. La Consejería de Política Social, por su parte, ha anunciado que una psicóloga y una trabajadora social están atendiendo a la madre de Teresa.

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