
El PSC tiende otra trampa a ERC con la financiación singular
Los republicanos no tienen más remedio que entrar en el juego de cartas del PSC y la Moncloa
El pacto sobre la financiación singular entre el PSC y ERC ha adquirido una dimensión estratégica en la política catalana. Este acuerdo, que inicialmente parecía ser un avance hacia una mayor autonomía fiscal para Cataluña, se ha convertido en un juego de poder. Los dos actores involucrados persiguen objetivos distintos, pero están unidos en un mismo interés: ganar tiempo.
Mientras ERC intenta estabilizar su situación política tras su colapso electoral, el PSC busca mantener a ERC como socio imprescindible en el Govern. En esta dinámica de tira-y-afloja, ERC necesita crédito nacionalista, y el PSC estabilidad para aprovechar el vacío que ha dejado el procesismo.
Esto da lugar a una situación contradictoria y que refleja bien esta dinámica partitocrática. Y es que, al mismo tiempo que el PSC se propone “volver a liderar España”, ERC dice que la financiación singular acerca a Cataluña a la independencia. En realidad, todo se reduce a mantener la legislatura y encarar el 2027.

Un juego de dos actores con intereses (casi) distintos
ERC, con su base electoral mermada y sumida en una profunda crisis interna, necesita recomponerse y recuperar terreno. Esto y solo esto es lo que explica que ERC decidiera investir a Salvador Illa como presidente (sin perjuicio de que, por necesidades de guion, ERC promocione el “puta España”). La ventana de oportunidad que vio ERC fue vender el tripartito como un cajero automático para conseguir concesiones que después venderán como “logros nacionales”.
Por su parte, el PSC - que está en Palau por el abstencionismo y no por un proyecto político - necesita controlar a sus socios de gobierno. En este sentido, el PSC, en connivencia con Moncloa, ha demostrado tener una habilidad notable para amarrar a ERC como socio imprescindible. Y la financiación singular es una de las piezas clave de este póquer entre débiles.
La financiación singular: un caramelo para ERC
La consejera Romero dijo que durante los primeros meses de 2025 habría avances en materia de financiación singular. Y así ha sido. Estos días, el Govern ha anunciado que tendrán “cerrado” con Sánchez el acuerdo de financiación. Ahora bien, lo que tendrán cerrado será un “esquema” de este acuerdo. Es decir, otra precisión nominal para ganar tiempo.
Este avance en las negociaciones está relacionado con los presupuestos catalanes, es decir, con la inmediatez de la legislatura. El PSC necesita que ERC se preste a aprobar el suplemento de crédito del Govern. Máxime si tenemos en cuenta que el Govern de Illa no ahorrado en promesas faraónicas: inversión pública, reforma administrativa, liderazgo económico, vivienda, etc.
A partir de aquí, cada cual tomará el discurso que le resulte conveniente. ERC se mostrará ante el electorado (ex)procesista como un socio duro que aprieta las tuercas al Govern. Por su parte, el PSC puede apuntarse los traspasos de competencias en tanto que, al estar en el Govern, tienen el protagonismo institucional.
La predicción de Alejandro Fernández
Que esta legislatura iba de ganar tiempo también lo vio el líder del PPC, Alejandro Fernández. El líder popular no dudó en calificar de “engaño” y “timo” el despliegue de retórica entre ERC y PSC. De hecho, calificó el acuerdo de financiación como “procesismo”, esto es, grandes horizontes que se diluyen entre el olvido y otras novedades.
La legislatura, dijo Fernández en TV3, es un suplemento de tiempo para procesistas y PSC. “ERC hasta que se resuelvan sus problemas internos, Junts hasta que se resuelva la situación personal de Carles Puigdemont, que es lo único que les preocupa. Y el PSC, que tienen una habilidad extraordinaria, plantean este horizonte a largo plazo”, dijo Fernández.

“Si alguien se cree que la Agencia Tributaria española desaparecerá de Cataluña es que vive en Narnia”. Finalmente, Fernández se atrevió a hacer una predicción deliberada. “La Agencia Tributaria Catalana solo servirá para cobrar las multas de tráfico y el miserable impuesto del CO2 que es especialmente cruel con la gente que no puede cambiarse el coche”.
Por el momento, lo que es cierto es que la sensación de movimiento que ha traído el postprocés se ha quedado en eso: en movimiento. La vivienda tiene un horizonte muy negro, Rodalies sigue igual y la financiación singular es muy opaca. Estamos ante una legislatura de puro reajuste con la mirada puesta en 2027.
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