
El decreto de la vivienda rompe definitivamente la unidad procesista en el Parlament
El problema inmobiliario le da compás al colapso procesista: Junts, ERC y CUP hacen la guerra cada uno por su lado
Después del fin de la histórica mayoría independentista en el Parlament, todas las piezas de la política catalana se reordenan. Y lo hacen en torno a los temas más candentes y actuales. Teniendo en cuenta la situación actual, eso es sinónimo del problema de la vivienda.
A todos los efectos, el PSC ha comprado el catálogo de medidas inmobiliarias de ERC y, sobre todo, de los Comuns. Esto se traduce en más intervencionismo, es decir, en más retirada de la oferta y contracción del mercado. En este caso, el intervencionismo ha consistido en extender el control de alquileres al alquiler de temporada.

El bloque de investidura (que ha contado con el pintoresco apoyo de la CUP) viene a decir que el alquiler de temporada es únicamente el vacacional o de ocio. Poco después de aprobar esta nueva regulación, Junts presentó una regulación alternativa al alquiler de temporada. Desde Junts entienden que la regulación aprobada por las izquierdas “se carga el alquiler de temporada para estudiantes”, dijo la diputada Glòria Freixa (Junts).
Con su retórica habitual, desde Junts presentan el decreto del Govern como un fracaso para Cataluña frente a Madrid. En este sentido, los de Puigdemont no se salen del guion. Desde que están en la oposición, denuncian que el PSC es una sucursal del PSOE que va contra los intereses "nacionales" de Cataluña:
Otra cara del postprocesismo
Más allá del debate económico, lo más destacado de esta situación es que confirma el colapso del procesismo. Sin mayoría para repartirse el pastel, los partidos procesistas (Junts, ERC y CUP) van ahora cada uno por su lado. “Estamos delante de un cordón sanitario contra Junts. La imagen es tan maravillosa que la CUP se suma a la manita del PSC”, dijo la diputada Freixa.
Y, en medio de esta guerra interna, están los Comuns, que capitalizan como pueden su papel dentro del tripartito. Como se explicó en E-Notícies, la izquierda - y los Comuns en particular - han fiado su futuro al debate de la vivienda. Por esta razón, presentan la nueva regulación inmobiliaria como un logro que le han arrancado al Govern del PSC. Y los socialistas, por su parte, emulan la estrategia que inauguró el PSOE en Madrid: ceder ante los socios de investidura a cambio de mantenerse en el poder.
Al final, este es otro ejemplo de la desintegración política de Cataluña, que se enmarca en el postprocesismo. Ya no existe un horizonte de acción común que permita un entendimiento entre los procesistas a través de los intereses comunes. A partir de ahora, casi todos los temas serán objeto de división entre Junts, ERC y, en menor medida, la CUP.
Más noticias: