Una mujer hablando en un micrófono en un entorno formal con asientos rojos al fondo.
POLÍTICA

La CUP se ofrece a pactar con el PSC ‘más de derechas y españolista de la historia’

El giro estratégico de los anticapitalistas se enmarca en una operación de normalización política

La CUP ha sorprendido con un inesperado ofrecimiento de diálogo al PSC para pactar medidas en materia de vivienda. Esto rompe con años de retórica intransigente y marca un cambio de rumbo en la estrategia del partido anticapitalista. Todo ello en armonía con un problema que, como el de la vivienda, le sirve a la izquierda como tabla de salvación.

Laure Vega, diputada cupaire en el Parlament, ha asegurado en una entrevista para Público que están dispuestos a sentarse con el Govern de Illa. “Para solucionar problemas sociales graves como la vivienda”, matiza la diputada. Poco después de esta noticia, la propia Vega se ha afanado en decir que la CUP no será “muleta de nadie”, en todo caso, “palanca”:

Este acercamiento no es menor, más aún si recordamos que fue otra diputada de la CUP, Laia Estrada, la que dijo que el PSC de Illa representaba el “PSC más de derechas y españolista de la historia”. Según decía la CUP en la investidura del presidente Illa, el Govern del PSC era una sucursal del “Congreso” y Moncloa. Era el mismo discurso que puso en marcha el procesismo para reaccionar ante el fin de la mayoría indepe:

El trasfondo de esta maniobra es doble. Por un lado, la CUP intenta capitalizar el creciente malestar social por la crisis de la vivienda. Por otro lado, busca revertir el aislamiento al que se ha visto relegada en los últimos años tras una sucesión de profundos fracasos electorales. Los anticapitalistas, en definitiva, se ciñen a los resultados de su Proceso Garbí para intentar volver a flote otra vez.

Un hombre con gafas y traje oscuro gesticula mientras habla en un entorno formal.

Del “no a todo” a ser un partido normal

Este giro no se limita al Parlament, de hecho, si lo vemos en el Parlament es porque el problema inmobiliario le ofrece a la CUP una ventana de oportunidad. Hasta el momento, los anticapitalistas han ensayado este cambio estratégico en la política municipal. Y, en el caso del PSC, la CUP ha apoyado los presupuestos municipales del PSC en Vilafranca del Penedès y Tortosa.

Del mismo modo, la CUP ha endurecido su discurso en materia de seguridad y empadronamiento en las localidades en las que gobierna. Es decir, en Berga y en Gerona. En estas ciudades, el partido muestra una cara más institucional y apegada a la gestión, hasta el punto de imitar la política de control del padrón que ha hecho Orriols en Ripoll.

Dos hombres posando frente a un fondo amarillo con un logotipo difuminado.

Y en esta operación de reciclaje político, la vivienda se ha convertido en el eje discursivo principal de la izquierda catalana. Desde los Comuns hasta ERC, todos han intentado subirse a la ola de indignación generada por los precios inmobiliarios. La CUP no es la excepción, y utiliza este tema como coartada para su nuevo papel negociador. Mientras tanto, y como se explica hoy en E-Notícies, Comuns y CUP se infiltran en los sindicatos de vivienda.

Se vuelve a constatar que esta legislatura en Cataluña tiene una doble cara. Por una parte, es la legislatura que tiene que digerir el postprocesismo. Por otra parte, es la legislatura del estallido inmobiliario. Los resultados ya empiezan a verse.

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