Yolanda Díaz en un mitin de En Comú Podem
POLÍTICA

La tasa de emancipación de los jóvenes, por los suelos: una generación atrapada

La edad es con mucha diferencia la variable más fuerte para explicar la desigualdad en España

La crisis de emancipación de los jóvenes en España ha alcanzado cifras alarmantes. Según el informe reciente del Consejo de la Juventud, la tasa de emancipación juvenil se sitúa en un preocupante 15,2%. Esto es el nivel más bajo en dos décadas.

Este dato refleja una realidad dramática y por todos conocida. Nos referimos a jóvenes entre 18 y 29 años que se ven atrapados en un círculo de precariedad, inflación y un poder público que les ha abandonado. Esto es esencial por una razón: y es que la desigualdad en España, por mucho que se diga, se explica más y mejor por la variable intergeneracional.

Una camarera sostiene una bandeja en la plaza Real de Barcelona, a 15 de junio de 2022, en Barcelona, Catalunya (España)

Uno de los principales factores que explican esta situación es el coste desorbitado de la vivienda. Según el informe, los jóvenes necesitan destinar un 92,3% de su salario mensual para poder cubrir el alquiler de una vivienda media. En Cataluña, esta cifra es ligeramente superior, y el porcentaje de jóvenes que vive de alquiler alcanza el 57,9%. Además, un tercio de estos jóvenes se ve obligado a compartir piso para poder hacer frente a los gastos.

La situación es aún más compleja si se consideran los datos sobre la compra de vivienda. El precio medio de una vivienda alcanza los 197.210 euros, lo que equivale a catorce años de salario de un joven. Un panorama nada alentador que deja a los jóvenes atrapados en el alquiler y con pocas perspectivas de poder acceder a un hogar propio. Por no hablar del efecto de descapitalización que esto tiene a largo plazo.

Por si fuera poco, las cifras sobre el mercado laboral tampoco aportan soluciones claras. Aunque la tasa de desempleo juvenil ha experimentado una ligera mejora, la precariedad laboral sigue siendo una constante. Un 35,5% de los jóvenes menores de 25 años se ven obligados a compaginar su trabajo con los estudios. Por otro lado, el 36,2% está sobrecualificado para los trabajos que ocupa, lo que agrava aún más su situación económica.

Personas observan ropa en una tienda de moda, con maniquíes vestidos al frente y percheros llenos de prendas en el fondo.

Panorámica general

Este escenario se enmarca en una tormenta perfecta en la que convergen varios factores: vivienda, inflación, precariedad y falta de políticas eficaces. Se trata de una convergencia que dispara la desigualdad y que, paradójicamente, el Estado impulsa. En esencia, es un modelo productivo que necesita enormes saldos migratorios para mantener un Estado de Bienestar orientado a los mayores.

Además de la presión fiscal - relativamente mucho más alta para los jóvenes -, este estado de cosas hace imposible el mercado de la vivienda. Como se explica reiteradamente en E-Notícies, la concentración poblacional dispara el precio inmobiliario. Esto, a su vez, favorece a los tenedores de vivienda, que no son jóvenes, y a las arcas públicas.

Primer plano de Pablo Iglesias mirando al horizonte con cara seria

Todos estos datos tal vez le permitan al establishment entender - algo que le cuesta mucho - el viraje de los jóvenes hacia la nueva derecha. De hecho, la CUP ya ve trasvase de votos entre los jóvenes de 18-21 años hacia Aliança Catalana; y Vox es con mucha diferencia el partido más votado entre los jóvenes. Y todo esto llega después de por lo menos diez años en que el progresismo ya tuvo su oportunidad, es decir, 15-M, feminismo y ecología. El resultado es una de las mayores desigualdades desde la Transición.

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