
¿Por qué la gente con rentas bajas vota a Vox? Una explicación desde la izquierda
Basta escuchar las intervenciones de alguien como Laure Vega para entender por qué los obreros no votan a la CUP
El reciente ascenso de Vox entre los sectores de rentas bajas en España ha generado un intenso debate sobre la crisis de representación política, especialmente en la izquierda. Según datos del CIS, el partido de Santiago Abascal ha ganado apoyo en sectores que históricamente apoyaban a la izquierda. Esta tendencia, lejos de ser un misterio, es el resultado de un proceso histórico evidente.
Un reciente hilo en X, escrito por un usuario llamado "Miquel", expone una reflexión sobre este fenómeno. Miquel, que se describe como parte del "socialismo de izquierdas" con "características carlistas", sostiene que el ascenso de Vox entre los más humildes es consecuencia directa de la renuncia de la izquierda a su proyecto universal. Es decir, que la izquierda se ha fragmentado en una galaxia incomprensible de identidades particulares. El problema es que, por el camino, ha abandona a la clase obrera:
Este giro ha fragmentado la lucha social, haciendo difícil que la izquierda pueda conectarse con los problemas cotidianos de los sectores populares. Y para muestra un botón sin salir de Cataluña: la CUP. A fuerza de un lenguaje objetivamente incomprensible, la CUP se ha convertido en una parodia de sí misma. Esto explica su colapso electoral por fases.

Cabe recordar que, hace poco, la diputada Laure Vega decía lo siguiente sobre dar una renta básica para terminar con las violaciones. La renta básica permitiría "decir no a situaciones de violencia de cualquier tipo y sí a la libertad suficiente en términos republicanos de base material como para poder devenir y recrear toda la potencia humana". Este es un buen ejemplo del problema. En lugar de asumir la correlación entre inmigración masiva y violencia sexual, la izquierda insiste en este lenguaje críptico.
El voto muestra preferencias
Como argumenta Miquel, la defensa de identidades marginales ha llevado a una desconexión con los barrios obreros. Cuando los ciudadanos ven cómo se deterioran sus barrios, aumentan los alquileres y colapsan los servicios, esperan respuestas claras. Pero, ante la falta de soluciones concretas, muchos de estos sectores han encontrado en Vox una alternativa. Una propuesta clara y un discurso directo sobre seguridad, unidad nacional y lucha contra la inmigración ilegal.
El problema, según Miquel, radica en la incapacidad de la izquierda para ofrecer un proyecto material y de clase que una a los trabajadores en torno a intereses comunes. Al no hacerlo, Vox ha logrado llenar este vacío ofreciendo un "nosotros" cohesionado. Sin un proyecto común que resuelva las necesidades de la clase trabajadora, el voto obrero a Vox no solo continuará, sino que crecerá.
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