Agente de los Mossos d'Esquadra de espaldas en una escena urbana con manchas en el suelo
POLÍTICA

Una salvaje pelea en el metro hunde el relato oficial sobre la violencia en Cataluña

Aunque la estadística dice que hay menos delitos, se ha disparado la gravedad de los mismos

Una violenta pelea sembró el pánico este lunes en la estación de Virrei Amat (Nou Barris), en el metro de Barcelona. La violencia desatada fue tal, que la pelea dejó un herido por arma blanca y un reguero de sangre en el suelo de la estación. Cuando la policía llegó, después de recibir varias llamadas de alerta, se encontraron a dos jóvenes haciéndole un torniquete a la víctima.  

Según informó El Caso, la policía trabaja con la hipótesis de un enfrentamiento entre bandas latinas, o relacionado con los ultras del fútbol. La víctima recibió atención médica, y aunque perdió mucha sangre no se temía por su vida.

Dos personas conversan junto a una pared en una estación de metro mientras una pelota de fútbol está en el suelo cerca de ellos y al fondo una mujer sube por una escalera eléctrica.

Las imágenes difundidas por el mencionado digital reflejan el alto grado de violencia, que causó gran alarma entre los testigos de la agresión. Esto es una muestra más de la inseguridad con la que tienen que convivir a diario muchos catalanes. Aunque las autoridades intentan transmitir que la delincuencia en Cataluña ha bajado, los sucesos diarios indican lo contrario.

Los datos oficiales muestran un descenso de los delitos más leves, como los hurtos. Pero en las últimas semanas ha habido un repunte de los delitos más violentos, que son los que elevan la percepción de inseguridad. Esto provoca una distorsión entre el relato oficial y la realidad.

Los datos muestran un descenso de la criminalidad 

¿Estamos asistiendo a un intento de las autoridades de maquillar la compleja situación de la seguridad en Cataluña? La idea no es descabellada. Recientemente se descubrió un plan de las autoridades en Barcelona para transmitir confianza a la ciudadanía en relación con la delincuencia. Además, agentes de patrulla han alertado de que la situación es mucho peor de lo que transmiten los datos

La estadística oficial (Ministerio del Interior) dice que la delincuencia bajó un 4,1% en el primer semestre de 2025. Bajaron los homicidios, las peleas multitudinarias, los secuestros, los robos con violencia y los hurtos. En cambio, subieron las tentativas de homicidio, las violaciones, las sustracciones de vehículo y el tráfico de drogas.

La estadística es aún más favorable en Barcelona, donde según los datos la criminalidad descendió un 6,4%. Pero entonces, ¿por qué hay una disociación tan grande entre lo que muestran los datos y la percepción de la ciudadanía?

Aumenta la violencia de los delitos

El último recuento de sucesos en los medios, publicado en la cuenta de X 'Apunyalòmetre', revela que ha habido 8 muertos por arma blanca y armas de fuego el último mes. Son cifras impropias de un territorio de 8 millones de habitantes supuestamente desarrollado. Además hay que sumar un puñado de peleas violentas, apuñalamientos, tiroteos y agresiones a la policía.

Una de las razones de la distorsión entre datos y realidad es la normalización de la violencia y el fracaso del sistema de protección de los ciudadanos. Esto hace que muchas víctimas de delitos ya ni siquiera denuncien, porque saben que no lleva a nada. El resultado es una disminución de los delitos en la estadística, pero un aumento de la impunidad delincuencial en la calle.

Policías deteniendo a dos personas contra una pared.

El mejor reflejo de ello es la multirreincidencia, la existencia de decenas de delincuentes que actúan diariamente sin que les pase nada. Según los datos policiales, pese a los planes de choque esta realidad no solo no disminuye sino que va en aumento.

La otra razón es el aumento de la violencia de los delitos, vinculado sobre todo a los problemas que generan las bandas del narcotráfico. Los ajustes de cuentas o altercados relacionados con la okupación han provocado un repunte de la violencia física. Aunque haya menos delitos, si son más violentos contribuye a aumentar la percepción de la delincuencia. 

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