Un hombre con gafas y barba corta está de pie frente a un micrófono, ajustándose las gafas con una mano. Lleva una camisa blanca y parece estar en una sala de reuniones o conferencia, con varias personas desenfocadas en el fondo.
POLÍTICA

La hipocresía de la CUP en Gerona: ahora no quieren un centro para pobres en la ciudad

Política contra activismo: cuando la CUP llega al poder tiene dificultades para justificar su actividad de gobierno

La CUP, el partido antisistema de Cataluña por antonomasia, ha mostrado otra contradicción desconcertante en Gerona. Mientras la ciudad se enfrenta a un creciente problema de personas sin hogar, la CUP, encabezada por el alcalde Salellas, se opone a la ubicación de un centro para estas personas. Se trata de un nuevo ejemplo de las tensiones que provoca la gestión real del poder político.

El proyecto del futuro centro de atención a personas sin hogar, que el Govern de la Generalitat había propuesto para Gerona, ha recibido la desaprobación del consistorio. A pesar de que Salellas ha defendido públicamente la necesidad de este centro, ha mostrado su oposición a que se ubique en su municipio. Como alegarían otros muchos alcaldes - que en otras circunstancias habrían sido atacados por la CUP -, Salellas dice que Gerona ya tiene un centro (La Sopa) dedicado a este asunto.

El alcalde, en una entrevista reciente, aseguró que aunque el centro es "necesario" debido al aumento de personas viviendo en la calle, “no debemos asumirlo todo” y que el centro debería servir no solo a Gerona, sino también a la zona metropolitana. Para Salellas, la situación requiere más que un esfuerzo municipal. Se necesita un enfoque supramunicipal y un compromiso de las administraciones de mayor nivel, dice Salellas, para financiar el proyecto.

La CUP, entre la realidad y la palabrería

Este debate refleja la compleja situación que tradicionalmente ha atravesado la CUP. Nos referimos a la comodidad que siente el partido en la crítica y en la sofisticación verbal, pero no en la gestión. El problema es que esto, con el fin del procesismo, ya no tiene más recorrido y la CUP necesita tocar el terreno a cualquier precio.

Es más, esto explica que el partido esté en medio de una lucha interna que se intenta disimular. Sin ir más lejos, una de sus diputadas estrella, Laia Estrada, ha abandonado el escaño por "discrepancias políticas". Esas discrepancias se resumen en que la CUP haya optado por el pragmatismo, o sea, ser una muleta del PSC para intentar capitalizar algunos ámbitos (vivienda, por ejemplo).

En el caso municipal, la CUP no puede perder sus dos únicos feudos: Gerona y Berga. Esto también explica que estas localidades hayamos visto a una CUP irreconocible. En Gerona, por ejemplo, el ayuntamiento ha apoyado desahucios y fiscalizado el padrón al nivel de Orriols en Ripoll. Se trata, en fin, de conseguir el poder y mantenerlo.

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