Montaje de fotos de Antonio Baños con expresión seria en primer plano sobre un fondo rosa con un tuit en catalán y español superpuesto.
OPINIÓN

Antonio Baños, el señalador

Desde la izquierda suelen acusar a la derecha de difundir “discursos de odio”, pero ellos mismos practican el señalamiento y la marginación pública de quienes piensan distinto

Imagen del Blog de Octavio Cortés

Mucho se ha hablado, después del asesinato de Charlie Kirk, sobre el modo en que los “discursos de odio” preparan los escenarios de violencia. Incluso ha habido voces, a ambos lados del Atlántico, que desde la izquierda han llegado a justificar y celebrar la ejecución de Kirk bajo esa misma acusación, llegando a un grado de incoherencia demoníaco: hablar en público es “odio” pero disparar a la gente, no.

En cualquier caso, en casa también tenemos el debate en marcha, sobre todo desde la izquierda, que suele acusar a la extrema derecha (para ellos es extrema derecha todo lo que no sean la verborrea fecal de Irene Montero) de difundir “discursos de odio”.

Primer plano de Antonio Baños con gafas de pasta mirando al horizonte y de fondo unas escaleras

Luego, en la práctica, se dedican a poner la diana sobre quienes se limitan a defender ideas diferentes. En esta práctica del señalamiento, destaca el célebre Antonio Baños, según explicaremos a continuación.

El pasado 24 de junio posteó en X el siguiente mensaje: “Nosotros somos seres humanos. Rahola, Clotet, Alay y Villatoro no lo son. Son seres sin corazón. Han animado al horror y la muerte solo por dinero. Pero el sionismo y ellos han perdido. Son parias. Los sionistas catalanes ya han perdido. Pero sus amos siguen matando. Que se escondan”.

El 10 de febrero, esto: “Cualquier defensor del sionismo debe ser señalado y censurado”. El 30 de junio, esto: “Hace dos años que estoy pidiendo listas y que acuso e insulto personalmente a los sionistas catalanes. En Núremberg también hicieron listas”.

El 13 de octubre del 24, esto: “Insisto: los sionistas catalanes que hacen propaganda deben ser marginados de la vida pública a la espera del juicio por apología del genocidio”. Y esta es solo una pequeña muestra.

Suele referirse a los sionistas como “ratas”, a Pilar Rahola como “Reich-hola” y últimamente calificó de SS a Josep Alay. Es decir, no esconde en absoluto su propósito de señalar a personas para que sean objeto de repudio y marginación civil, acusándolas de mil crímenes delirantes que solo existen bajo su calva calenturienta. Ha promovido la confección de listas, sin esconderse un milímetro.

Claro, esto tiene gracia hasta que un día pasa algo. Durante los años de hierro de ETA el trabajo de señalador era una cosa reconocida y muy apreciada dentro del mundo abertzale: periodistas y políticos del mundillo etarra se dedicaban a ello con la mayor naturalidad. Luego los ataúdes los enterraban otros.

Si en este país quedara un mínimo de decencia en la esfera pública, personas sin alma, como el camarada Baños, tendrían que afrontar ante un tribunal sus excesos fanáticos, su rabia canina, su sed de conflicto civil. Pero claro, todo el mainstream mediático catalán, empezando por TV3 con Joan Roura a la cabeza, aplauden estas actitudes con entusiasmo. Hasta que un día pase algo.

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