¿Por qué Carles Tamayo es la clave para que 'Caiga quien Caiga' pueda funcionar?
Ganador del Ondas y Iris a mejor documental, Carles Tamayo es uno de los fichajes del regreso de 'Caiga quien caiga'
La vuelta de 'Caiga quien Caiga' a Telecinco, diecisiete años después de su última emisión, ha sido uno de los regresos televisivos más comentados de este inicio de 2025. La expectación era alta y la nostalgia ponía el listón muy alto. Pese al discreto dato de audiencia, un 9% de share y 1,1 millones de espectadores, Telecinco ha entregado un producto sólido a su audiencia.
El regreso de 'Caiga quien caiga' ha estado bien diseñado y pulido gracias a un proceso que, sorprendentemente, no se veía en Mediaset desde hace tiempo: el ensayo. Sí, han vuelto los pilotos, las pruebas, los ajustes, lo normal en televisión. Y el resultado genera un producto que podrá gustar más o menos, pero que no se puede discutir que está bien hecho y que es digno de un prime time generalista.
El equipo de presentadores empasta bien. Entre la cartera de comunicadores de Mediaset, Santi Millán, con sus tablas y comicidad, es el ancla perfecta. Pero la que destaca por encima de todos es Lorena Castell, que con su tono aporta complicidad con el espectador. Sin embargo, en pleno 2025, sigue habiendo un problema fundamental en el formato: apostar por un guion hermético y demasiado impostado.
La televisión no puede permitirse el lujo de ser previsible. En un momento donde el espectador está sometido a una constante sobre estimulación, no basta con una realización dinámica o ráfagas bien colocadas. Lo que realmente engancha es la posibilidad de que algo inesperado suceda, de que lo que estás viendo sea genuino, vivo, imprevisible.
Es algo que Carles Tamayo ha entendido. Su sección con el equipo de ¡Grábalo todo! es, sin duda, el gran acierto del programa. La manera en que están diseñados sus reportajes permite que el espectador se adentre en una narrativa en la que es difícil saber cómo se van a desarrollar los acontecimientos. Tamayo y su equipo han logrado plasmar ese storytelling orgánico y natural donde la sorpresa es el ingrediente que convierte su espacio en lo más fresco y atractivo de 'Caiga quien Caiga'. En un formato donde se notan demasiado las costuras del guion, la espontaneidad Tamayo marca una diferencia crucial.
Si 'Caiga quien Caiga' quiere recuperar su esencia original y consolidarse en la parrilla de Telecinco, debe ir más allá. Su humor no puede quedarse en lo blanco, blando y complaciente. El programa nació para ser incómodo, una mosca cojonera que pusiera contra las cuerdas a los políticos y famosos del país. Hoy, esa misión debería estar más vigente que nunca, pero se queda diluida en un contenido demasiado light, que alude más a 'Zapeando' que a 'El Intermedio'.
En lugar de quedarse en el reportaje fácil o en los juegos de palabras ingeniosos, 'Caiga quien Caiga' debe atreverse a ser más incisivo con los políticos, a destapar contradicciones con humor y a generar verdadero debate partiendo de la risa. Solo así el formato puede recuperar su lugar en una Telecinco que hace tiempo que chocó contra el iceberg y lucha por salir a flote sin demasiado éxito.
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