
Elena Rivera: ''Perdiendo el Juicio' no es una serie de abogados al uso'
Entrevista a Elena Rivera ante el estreno de 'Perdiendo el Juicio', nueva serie de abogados de Antena 3.
atresplayer ya ha estrenado, antes de su emisión en Antena 3, 'Perdiendo el Juicio'. Protagonizada por Elena Rivera, es un drama jurídico que narra el momento en el que Amanda, una prestigiosa abogada, sufre un grave estallido de su TOC (trastorno obsesivo compulsivo), que cambia su vida para siempre. Hablamos con la actriz, que nos cuenta los secretos de 'Perdiendo el juicio' y cómo ha sido reencontrarse con el equipo de 'Alba'.
¿Cómo te proponen el proyecto y que fue lo primero que pensaste?
Casi 1 año antes de que arrancara el rodaje, Luis Santamaría, el productor, con el que ya había trabajado anteriormente en 'Alba', me habló un poco de esto. Tenían un proyecto y me lo dejó caer y me habló en general de lo que trataba. En ese momento me llamó la atención el hecho de ser una abogada tipo Ally McBeal, que me gustó mucho ese resumen, pero, sobre todo, lo del TOC.

Me gustaba que hubiese algo más que rascar y no solo fuese una serie de abogados al uso. También lo es, es la típica familiar, que te lo pasas muy bien, te diviertes en cada capítulo con casos distintos y quieres ver cómo se resuelven, estás ahí rollo Agatha Christie. Para mí, como actriz, hacer algún trabajo un poquito más minucioso era lo que más me atraía. Es una mujer que caía a los infiernos sólo por el hecho de no poder más con tanto éxito. Parece que tienes una vida envidiable y no te puedes quejar, estás en la élite, eres la número uno... Lo vi muy reflejado en nuestra forma de vivir actual, que vamos a mil, queremos cumplir con unas expectativas, no decepcionar y cumplir una exigencia.
A esta mujer le ha pasado esto, pero tiene que volver por circunstancias de otra trama que sí que está durante toda la serie, la de su hermana, que está durante toda la temporada. Tiene que agarrar riendas y volver a al trabajo, pero no es fácil, porque todo el sector la repudia y no es tan sencillo. Todo este proceso para trabajarlo era muy interesante.
¿Cómo ha sido la preparación de una persona con TOC?

No conocía a nadie que lo padeciera. Sabía un poco con lo que todos sabemos si no ahondas demasiado, con lo básico, como las manías. Me informé hablé con los creadores de 'Perdiendo el Juicio' para saber el tono que se le quería dar a esto. Yo me puedo informar mucho y venir con un montón de información que, aunque luego sea para mí, internamente me sirvan, pero hay que ser consciente que estás siguiendo trata de eso.
El TOC es el desencadenante de lo que le pasa a ella y le marca, pero luego 'Perdiendo el Juicio' es la típica de abogados. Tenemos casos distintos, es una serie muy humana, de estar viendo que hay muchas cosas por debajo más allá de ganar un juicio o no. También vemos la relación con su exmarido, con su hermana, con el único bufete que le una oportunidad. Es rascar en algo humano, que no solo se quede en una tía que tenía todo para ser la número uno y le toca rehacerse.
¿Crees que es una serie necesaria para visibilizar este tipo de trastornos?

No sé si diría que es necesaria. Viene bien que todas estas cosas se traten y se hablen por supuestísimo, pero lo bueno de 'Perdiendo el Juicio', el gran acierto, es que no se ha hecho con ningún tipo de pretensión para dar una lección. No hemos dicho "hay que ver esto para porque es necesaria". Es una serie muy entretenida, que te lo vas a pasar muy bien, es muy familiar, vas a empatizar con todos los personajes porque son peculiares y distintos... Los giros de guión no sabes ni por dónde vienen, porque es estilo Agatha Christie.
Sin embargo, a la vez, por debajo, está todo el tema del TOC, que queremos normalizarlo de alguna forma. Gabriel Ochoa, personaje de Manu Baqueiro, es el que más lo normaliza. Parece que no al principio, pero luego sí, porque es la única persona que le ofrece esa ese apoyo y esa ayuda. Ya hasta su TOC se lo lleva a algo entrañable y hasta le gusta, no. Esa eso es lo bonito, que se crea una complicidad y una amistad muy guay.
¿Eres espectadora habitual de este género? ¿Eres fan de alguna serie de abogados?
He visto muchas series de abogados porque soy muy fan del género, como 'Suites' o 'The Good Wife'. De hecho, cuando he ido a afrontar este proyecto, algunas las revisité por un tema de actitud, de cómo son las abogadas. Es cierto que allí es todo muy americano y aquí no lo llevamos tanto a eso. Aunque también es cierto que esto es ficción y en algún momento hemos hecho licencias, porque si lo hacemos literalmente como es aquí no daría tanto juego.

¿Cómo ha sido reencontrarte con el equipo de 'Alba' en 'Perdiendo el Juicio'?
Ha sido muy bonito. Siempre cuento una anécdota que me erizó mucho la piel, porque un día tuvimos que rodar en 'Perdiendo el Juicio' en una sala de juzgado que era la misma del juicio de 'Alba'. Ese rodaje sí que me marcó de forma personal. Incluso cuando se emitió luego recibí tantos mensajes de tantísima gente del mundo entero porque les había ayudado, el hecho de que se cuente algo así. Una violación, cómo ella buscaba justicia y los denunciaba, fue una serie que ayudó a mucha gente incluso a contarlo. Había gente que había vivido algo parecido y no era capaz ni de contarlo.
Entrar en esa sala con otro chip, porque esta serie es otra cosa, pero era la misma sala. No me había pasado nunca porque considero que soy una actriz que dicen corten y desconecto bastante rápido. Pero ahí se generó una energía muy especial, que sentí que estaba 'Alba' por aquí. También el hecho de mirar al cámara y era el mismo. Se juntaban muchas cosas, el sentir que todo el equipo estábamos en esa misma sensación de haber vivió algo muy fuerte y bonito con ese proyecto. Y aquí igual, lo hemos disfrutado mucho y ha habido mucho entendimiento, que también es un plus.

¿Te gustaría y crees que hay trama para explorar en una posible segunda temporada de 'Perdiendo el Juicio'?
Este tipo de series como, pese a haber una trama principal, tiene casos en cada capítulo, siempre existe la posibilidad. Habrá que esperar porque son decisiones que no dependen de nosotros, pero nunca se sabe, a ver qué pasa.
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