Metro parado en un anden de la L1 de Barcelona
POLÍTICA

La violencia no cesa en Cataluña: brutal agresión a un policía en el metro de BCN

Uno de los agresores tenía dos antecedentes y el otro treinta: la impunidad en Cataluña es máxima

La escalada de violencia en Cataluña sigue sumando episodios preocupantes. Esta vez, la víctima ha sido un agente de la Guardia Urbana de Barcelona, agredido brutalmente por dos multirreincidentes en plena estación de metro de Plaza Espanya. Los hechos vuelven a poner el foco en la sensación de impunidad que reina en la capital catalana, así como en el perfil de los delincuentes.

Según explica El Caso, los agresores, de origen magrebí, comenzaron a provocar disturbios dentro de un vagón de la línea L1. Obstaculizaban la entrada y salida de los pasajeros, generando tensión entre los usuarios. El agente, que iba de paisano y fuera de servicio, intentó mediar.

Sin embargo, la respuesta de los delincuentes fue una paliza salvaje. Le rompieron dos dedos y le causaron contusiones en la cara y en las costillas. Después de dejarlo herido en el andén, continuaron tranquilamente su trayecto hasta Arc de Triomf.

Persona esposada siendo escoltada por un oficial de policía.

La identificación y posterior detención de los agresores fue posible gracias a las cámaras de seguridad. Tal y como ha informado El Caso, ambos acumulaban múltiples antecedentes: uno contaba con dos, y el otro, nada menos que treinta. Se suma otro episodio de perfecta impunidad con el crimen y la violencia. 

Este episodio se suma a la ola de violencia que sacude Barcelona. Hace apenas unos días, otro magrebí atacó con lejía a una trabajadora de gasolinera en Nou Barris. El objetivo era el mismo: robar. Las imágenes de aquella agresión, grabadas por las cámaras de seguridad, desataron una oleada de indignación en las redes sociales.

Un caso detrás de otro

Según datos de la Consejería de Interior, en Cataluña hay más de 3.000 multirreincidentes. La propia consejera, Núria Parlon, reconocía hace meses que una parte importante de la delincuencia está protagonizada por inmigrantes. Pese a la insistencia del Govern en lanzar campañas de refuerzo policial, la realidad en las calles sigue siendo la misma.

La mayoría de estos delincuentes acumulan múltiples detenciones en apenas unos meses. Son detenidos, puestos en libertad y vuelven a reincidir. Las cifras son elocuentes: en los últimos cuatro años, el número de delincuentes con más de siete detenciones ha crecido un 140%.

El problema, lejos de solucionarse, amenaza con agravarse. La permisividad ante la okupación, los empadronamientos fraudulentos y la inmigración descontrolada han alimentado un cóctel explosivo. Los barrios populares son los más afectados, donde los vecinos ven cómo la inseguridad se cronifica mientras las administraciones miran hacia otro lado.

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