
Vídeo: Pelea entre extranjeros en Calella tras la negativa del alcalde a empadronar
El alcalde Buch ya dijo que la exigencia de empadronar a personas en un hotel era 'rocambolesca'
La tensión que vive Calella a raíz de la polémica por el empadronamiento de trabajadores extranjeros se trasladó en las últimas horas a un hotel de la localidad. Allí se produjo una pelea entre varios de los empleados que participan en las obras de ampliación del Camp Nou. A través de redes, algunos usuarios expresaban su malestar por la presencia de estos trabajadores.
Una de las publicaciones señalaba directamente a la empresa implicada y a la propiedad del hotel. "Limak no hace nada y deja que sus empleados protagonicen estos escándalos todos los días, y dejen los lugares por donde pasan hechos un asco". Los hechos tuvieron lugar en el Hotel Esplai, donde está alojado un grupo numeroso de estos empleados
Un trasfondo político
El altercado coincide con la negativa del alcalde, Marc Buch, a inscribir en el padrón a cerca de 200 de ellos. Y es, que recientemente, el alcalde Buch insistía en que la exigencia de empadronar a estos trabajadores le parecía "rocambolesca". A juicio del alcalde, Calella ya ha asumido una carga significativa con la presencia de empleados vinculados a la obra del Camp Nou.

En este sentido, insistía en que los nuevos empadronamientos deben ajustarse a la ley. De lo contrario, se le exige al ayuntamiento cosas inverosímiles como empadronar a personas en hoteles, cuevas o contenedores. Estas críticas han convertido a Buch en uno de los pocos alcaldes 'juntaires' que desde el principio alzaron la voz contra esta situación.
De paso, el alcalde Buch recordaba que Cataluña arrastra desde hace años un problema con el padrón fraudulento. Y los datos ciertamente le dan la razón. En pocos meses se han detectado casos fraudulentos en ciudades como Barcelona, Sant Cugat o Gerona. En Sant Cugat, por ejemplo, el consistorio ha tenido que dar de baja a nada menos que a cuatro mil personas.
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En palabras de Buch, este fenómeno convierte el registro en un “coladero” de problemas que acaba repercutiendo en la convivencia ciudadana. Y la muestra está en estos recientes altercados en el hotel. Aunque más problemático aún es la presión sobre los servicios sociales porque, como es sabido, el padrón es la puerta de entrada a los derechos sociales. En ciudades como Olot se ha pedido explícitamente un debate sobre este asunto ante la imposibilidad de mantener la calidad de los servicios.
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