Varios policías antidisturbios vigilan una plaza donde hay una carpa verde y varias personas reunidas cerca de un edificio antiguo.
POLÍTICA

Radicales asedian a militantes de Vox en Barcelona, y diputados de la CUP lo aplauden

Xavi Pellicer acusa a la consejera Parlon de 'salvarle el culo' a Vox

La violencia política ha vuelto a las calles de Cataluña. Ayer, varios militantes de Vox fueron asediados en Barcelona por un grupo de radicales mientras participaban en un acto informativo. El episodio ha generado especial indignación por la reacción posterior de algunos cargos públicos de la izquierda.

En lugar de condenar los hechos, el diputado de la CUP Xavi Pellicer celebró en redes sociales la agresión. De paso, cargó contra la consejera Parlon por haber desplegado un dispositivo policial para proteger a Vox. “Hola, Núria Parlon, ¿cuándo dejaréis de gastar dinero público para proteger a esta chusma?”, escribió el parlamentario, antes de acusar al Govern de “salvarles el culo”:

Un patrón que se repite

La secuencia no es nueva. En el último mes, Vox ha denunciado varios ataques a sus carpas en distintas localidades catalanas. A principios de octubre, en Ciutat Vella, por ejemplo, un grupo de radicales destrozó el material de campaña al grito de “fascistas”. Semanas después, una mujer agredió a militantes de la formación en Molins de Rei, sin que la policía llegara a identificarla. Los hechos, según el partido, forman parte de una “dinámica de impunidad” que pretende expulsar a Vox del espacio público catalán.

Varias personas discuten frente a una manta blanca con letras rojas en lo que parece ser una manifestación en la calle.

El propio Ignacio Garriga ha sido también víctima de este clima de hostigamiento. Durante las fiestas de la Mercè, fue increpado junto a su familia por varios individuos. El líder de Vox denunció que los insultos se produjeron delante de sus hijos.

Silencios que alimentan el odio

Este acoso político por parte de la izquierda en decadencia electoral es una de las herencias de la década procesista. Ahora, lejos de haber desaparecido, el fenómeno ha mutado. Si durante la década independentista el señalamiento recaía sobre constitucionalistas, hoy los ataques se concentran sobre las formaciones fuera del consenso procesista. Incluso Junts, que ahora juega a ser AC, también ha denunciado ataques.

Finalmente, cabe destacar el divorcio entre el acoso y la realidad electoral. En el caso de Vox y la CUP, ahora mismo, la formación de Garriga representa casi al doble de ciudadanos que la CUP. Así mismo, las encuestas muestran el crecimiento de Vox y el estancamiento de los antisistema integrados.

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