Estudiantes sentados en un aula mirando hacia el frente donde hay una pizarra y una pantalla.
POLÍTICA

Un profesor deja en evidencia a la Asociación Rosa Sensat el primer día de clase

Hay una diferencia abismal entre los discursos pedagógicos y la realidad diaria de las aulas

El arranque del curso escolar en Cataluña ha coincidido con una fuerte polémica en torno a la Asociación de Maestros Rosa Sensat. Su presidenta, Mar Hurtado, protagonizó una intervención en TV3 que rápidamente se hizo viral.  Hurtado dijo que la palabra “disciplina” le “chirriaba” porque “supone silencio y no hablar de lo que uno necesita hablar”.

Descentrando el debate, Hurtado concluía que la disciplina le sonaba a “disciplina militar, donde nadie puede pensar”.  También añadió que, a su juicio, se está “inyectando mucho miedo” sobre el fracaso educativo en Cataluña. Todo esto se a que organismos como la OCDE, PISA o la propia Generalitat han reconocido el desplome en los resultados:

Las declaraciones causaron sorpresa e indignación, en especial porque Hurtado representa una de las caras del debate político e ideológico en torno a la educación. Viendo los comentarios en redes, es evidente que  muchos padres y docentes consideran que esto es una caricatura de la realidad. Para ellos, el problema no es el autoritarismo "militar" en las aulas, sino la falta de autoridad suficiente para garantizar un clima de aprendizaje.

Una maestra está de pie frente a una pizarra verde en un aula mientras varios estudiantes están sentados en sus escritorios prestando atención y algunos levantan la mano.

La polémica crecía cuando un profesor de secundaria, David Valls, respondía en redes sociales con un testimonio de su primera jornada lectiva. Contó que un alumno de 2º de ESO interrumpió la clase de manera continuada, desobedeció sus órdenes de sentarse, se encaró a escasos centímetros de su cara y abandonó el aula riéndose sin permiso. “Esto no es ninguna anécdota. Y solo acabamos de empezar el curso”, escribió:

Un debate estructural

Su relato, ampliamente compartido, fue interpretado como una refutación directa al discurso pedagógico de Hurtado. Padres y profesores denuncian que estas teorías han coincidido con el hundimiento de los niveles de comprensión lectora y matemáticas, al tiempo que se maquillan las cifras de fracaso escolar regalando aprobados y títulos. La consecuencia, señalan, es un sistema que evita el conflicto, desprotege al profesorado y normaliza el desorden en las aulas.

Voces como la del escritor y docente Damià Bardera ya habían advertido de esta deriva. De hecho, en una entrevista reciente, Bardera denunciaba la “farsa” de la ESO y pedía evaluaciones externas independientes del Departament. Y es que, a juicio de muchos, la disciplina en la educación no implica una caricatura que acabe en la "disciplina militar".

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