Oleada de robos en un pequeño pueblo de Cataluña: 'Estamos muy preocupados'

El auge de la inseguridad es un fenómeno transversal en Cataluña que tanto afecta a las grandes urbes como a las pequeñas localidades. No es de extrañar que el mundo local haya declarado la guerra a la delincuencia. Cada vez más ayuntamientos adoptan la mano dura para combatir la multirreincidencia y reducir los delitos.

Todas las alarmas han saltado en Agramunt, una localidad de 5 600 habitantes en la comarca de Urgel, en Lérida. En las últimas semanas se ha producido una oleada de robos que tiene a los vecinos atemorizados. La cuestión ha llegado hasta el ayuntamiento, que ha convocado una junta de seguridad de urgencia.

La alcaldesa de ERC, Sílvia Fernàndez, ha reconocido que están “muy preocupados” por la situación. Según ha desvelado, todos los robos tienen el mismo modus operandi y se producen cuando cae la noche forzando las puertas. Este fin de semana, sin ir más lejos, se han producido tres robos y el robo de dos motocicletas.

Además hubo un allanamiento con robo incluido de joyas y objetos de valor, además de la entrada en garajes y cobertizos. 

Esto ha aumentado la sensación de inseguridad entre los vecinos, y ha motivado la convocatoria urgente de la junta de seguridad. Esta contará con la participación de todos los cuerpos policiales para tomar medidas cuanto antes. 

Hasta ahora solo ha habido la detención de dos jóvenes de 18 años y un menor, por robar en varios pisos. 

La delincuencia, preocupación de los catalanes

Hace solo unos días supimos que la inseguridad es la principal preocupación de los vecinos de L'Hospitalet según el último barómetro municipal. Pero no es un caso aislado. Se está convirtiendo en la principal preocupación en muchas localidades de Cataluña.

Municipios como Cabrera de Mar, Calella, Figueres y Badalona lideran la ofensiva de las instituciones locales contra el problema generalizado de la delincuencia. Han aplicado medidas más contundentes para frenar la violencia.

Aunque todos ellos coinciden en la necesidad de una reforma estructural del sistema para frenar la multirreincidencia. Esto pasa sobre todo por la reforma del código penal para endurecer las leyes. Y, sobre todo, crear más juzgados para acelerar los juicios rápidos.