
Miedo y amenazas: vecinos de Gerona dejan sus hogares por el caos de los okupas
La negligencia de la administración pública llega a tal punto que los vecinos prefieren abandonar sus casas
La situación de inseguridad en la ronda Ferran Puig de Gerona ha alcanzado niveles insostenibles para algunos de los residentes de la zona. Según denuncian, han sido víctimas de un ambiente hostil creado por okupas en un edificio cercano. Estos vecinos, hartos de no poder descansar debido al constante ruido y las amenazas, han tomado la drástica decisión de abandonar sus viviendas.
Desde que el edificio fue ocupado hace un año, los inquilinos de los edificios adyacentes aseguran que la vida se ha vuelto insoportable. Los okupas no solo han mantenido la música a un volumen insostenible, sino que también han creado una atmósfera tensa con gritos y ruidos extraños, incluidos golpes en las paredes. Este ambiente ha causado el agotamiento y el miedo entre los residentes, quienes aseguran no poder vivir en paz.
Uno de los puntos más alarmantes es que, además del ruido constante, los vecinos aseguran que han recibido amenazas directas. Afirman que los okupas los han perseguido y les han intentado forzar la puerta, especialmente después de que se hicieran varias denuncias a la policía. Según relatos a los que ha tenido acceso el Diari de Girona, algunos okupas los han increpado a través de las ventanas y han mostrado actitud intimidatoria, haciendo que incluso se sientan inseguros al salir de sus propios hogares.

Abandonar tu casa: la completa negligencia del poder público
El desbordamiento de la situación ha llevado a varios inquilinos a abandonar sus viviendas. Los testimonios apuntan a que, en septiembre, al menos dos de ellos dejarán sus pisos de alquiler, y otros también contemplan el mismo camino. La constante inseguridad y las amenazas han dejado a los afectados en una situación desesperante.
A pesar de las reiteradas quejas a las autoridades municipales, los residentes denuncian que las respuestas no han sido efectivas. Según indican, la policía local no ha logrado hacer nada efectivo para frenar las molestias, ya que cuando se presenta el cuerpo policial, los okupas simplemente se dispersan. Este ciclo, aseguran los vecinos, ha sido en vano, ya que, incluso cuando se realiza un desalojo, los okupas regresan rápidamente.
El deterioro de la zona ha afectado a más de un vecindario, y los testimonios de los comerciantes confirman la creciente sensación de inseguridad. Aseguran que los robos y las agresiones se han intensificado, y algunos comerciantes se han visto obligados a adaptar sus horarios. Como se explica hoy en E-Notícies, son los ciudadanos normales los que más sufren las consecuencias del 'buenismo'.
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