
El Govern Illa, líder en asesores: 380 altos cargos y un gasto millonario
La Generalitat es una de las agencias de colocación más generosas de España
La política es una industria, y más en Cataluña, donde la hipertrofia institucional está muy desarrollada. Además, aquí, con la excusa del proyecto procesista, se legitimó una enorme estructura de cargos y asignaciones políticas. Paralelo a esto, la vena progresista del independentismo también ha justificado la industria de los ‘chiringuitos’. Y el dato que confirma toda esta realidad es simple: el gasto.
El Govern de Salvador Illa ha heredado de ERC una administración sobredimensionada y, lejos de aplicar una auditoría, ha mantenido prácticamente intacto el aparato político. El ejecutivo cuenta con 380 altos cargos y puestos de libre designación, una cifra que lo sitúa como líder indiscutible en España. Todo esto se resuelve con un gasto aproximado de 18,7 millones de euros en sueldos, que, claro, es también es el más elevado de España.
Pese al compromiso electoral de optimizar recursos y revisar el organigrama, el nuevo presidente ha conservado gran parte de los nombramientos republicanos. Se trata de una contradicción manifiesta con las promesas de hacer más eficiente la Generalitat. Al final, se trata de algo tan simple como intereses partidistas: ERC necesitaba mantener algo de músculo y el PSC se lo dio. El resultado es que no solo se ha aligerado la administración, sino que se ha engordado.

Continuidad y reparto con ERC
En la etapa anterior, Pere Aragonès colocó a decenas de personas de confianza en consejerías estratégicas, reforzando sobre todo acción exterior y comunicación. Illa no solo ha mantenido a medio centenar de esos cargos, sino que ha redistribuido asesores en Presidencia, incrementando su número respecto al mandato republicano. Hoy, la estructura de Presidencia y su consejería adjunta suma 43 altos cargos y 62 eventuales.
Es decir, la jugada ha sido reducir mínimamente el total de asesores en las consejerías, pero al mismo tiempo reforzar Presidencia. Además, en otras consejerías como Agricultura, Exteriores o Justicia, Illa se ha escudado en los "perfiles técnicos" para mantener a ciertos perfiles. Ahí están, por ejemplo, el responsable de Emergencias del 112 o el director de Minas, que exigen conocimientos técnicos precisos.
Este entendimiento tácito con ERC ha asegurado la estabilidad de áreas sensibles y de organismos clave. Pero, sobre todo, ha asegurado la estabilidad del Govern, cuyo socio prioritario es ERC. En este sentido, y a pesar de todo, ERC ha jugado bien sus cartas teniendo en cuenta que el horizonte de una repetición electoral les resultaba terrorífico. Como agencia de colocación que es, un partido se hunde si no da frutos a sus miembros.

Una administración mastodóntica y cara
Cataluña cuenta con 207 entes públicos, más de 374.000 empleados y el doble de altos cargos que la Comunidad de Madrid. Dentro de esta estructura se incluyen fundaciones, consorcios y empresas públicas, muchas nacidas al calor del procés. El gasto que generan es multimillonario. Solo en el último presupuesto republicano, las partidas destinadas a estos organismos superaban los 4.800 millones de euros.
El entramado institucional se completa con las delegaciones exteriores - 21 “embajadas” en 72 países - y con organismos como Diplocat. Como ya se ha explicado en E-Notícies en el pasado, Acción Exterior es una de las fuentes supremas de colocación y gasto político. Y es a través de Acción Exterior que se vehicula el gasto de 32 millones de euros en ayuda a países extranjeros.
Así, la combinación de altos sueldos, estructura sobredimensionada y gasto sostenido en entes públicos ha convertido al Govern Illa en el más caro de España. Una realidad que, lejos de reducirse, se consolida con el mantenimiento del modelo heredado de ERC, desdibujando cualquier expectativa de una administración más ágil y eficiente. Todo ello sin perjuicio de que los empresarios insistan una y otra vez en el gran problema que supone la burocracia.
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