
Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, dos líderes en apuros cada vez con menos apoyo
El último barómetro del CEO refleja que el hundimiento de Junts y ERC está asociado al declive de sus líderes
Líder | Nota | Aprobació |
Salvador Illa | 4,9 | 61% |
Oriol Junqueras | 4,6 | 54% |
Jéssica Albiach | 4,4 | 50% |
Laia Estrada | 4,2 | 47% |
Carles Puigdemont | 3,4 | 34% |
Sílvia Orriols | 3,3 | 35% |
Alejandro Fernández | 2,7 | 23% |
Ignacio Garriga | 1,9 | 16% |
En un sistema como el catalán muy marcado por los personalismos, llama la atención la parte de la encuesta dedicada a la valoración de los líderes de los partidos. En particular de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, elegidos recientemente para liderar Junts y ERC en esta nueva etapa. La encuesta del CEO confirma el declive tanto de uno como de otro.

El presidente de Junts es el quinto mejor valorado, con un 3,4 de nota y una aprobación del 36%. El expresident de la Generalitat asumió la presidencia con la ambición de relanzar a su partido y aglutinar al independentismo bajo su liderazgo. Pero su popularidad está cada vez más tocada, y empeora los resultados de las últimas encuestas.
En el barómetro anterior a las elecciones de mayo de 2024 obtenía un 4,1 de nota y una aprobación del 47%. En la encuesta de julio, después de las elecciones, su nota cayó al 3,9 y su aprobación al 43%. En el último sondeo, publicado el 27 de noviembre, recibió un 3,5 de nota y una aprobación del 38%.
Las razones del desgaste de Puigdemont
Esta es una mala noticia para Carles Puigdemont, que ve cómo su estrella se apaga justo en vísperas de la posible aplicación de la amnistía. El PSOE ha planteado la posibilidad de que el expresident reciba la amnistía y pueda volver a Cataluña antes de verano. Pero se arriesga a volver en su peor momento, discutido sobre todo por sus últimas decisiones.
Varios factores explican el declive de Puigdemont, como el desprestigio generalizado de los partidos procesistas y sus líderes a quienes el independentismo ve como traidores. Pero en su caso se añade el desgaste del acuerdo de investidura de Pedro Sánchez. Puigdemont ha pasado en poco tiempo de mesías del independentismo a socio de los socialistas, y esto le está pasando claramente factura.
Pero además está la pésima gestión del Consell de la República y el caso Toni Comín, que extienden sobre él la sombra del autoritarismo y la corrupción. Puigdemont también está perdiendo adeptos en su cuerpo a cuerpo con Sílvia Orriols. Por útlimo está la liquidación del sector borrasista dentro de Junts, que le ha hecho perder más apoyos en los sectores más independentistas de la órbita de Junts.
Oriol Junqueras, ni con el CEO a favor
Los resultados son igualmente dramáticos para el líder de ERC. Si antes de las elecciones del año pasado contaba con un 5,2 de nota y un 63% de aprobación, ahora le puntúan con un 4,6 y un 54% de aprobación. Sigue siendo el líder mejor valorado por detrás de Salvador Illa y por delante de Jéssica Albiach, pero su apoyo también está cayendo.
En su caso los resultados deben cogerse con pinzas, sobre todo los del año pasado cuando el CEO estaba en manos de ERC. El director del organismo entonces, Jordi Muñoz, fue muy criticado por haber inflado las encuestas antes de las elecciones. De ahí el contraste entre la aprobación del 63% que le daba el CEO y el batacazo de los republicanos en las elecciones.

Ahora el CEO está en manos de un socialista, y es presumible que sea más 'amable' con los socios de Illa que con sus rivales. Pero Junqueras no es capaz de remontar el vuelo ni con el CEO a favor. Detrás de su desprestigio está la errática estrategia al frente de esta nueva etapa.
El presidente de ERC es discutido incluso dentro de su propio partido, al que ha llevado casi al borde de la escisión. Su declive se evidencia también con el desgaste de su lugarteniente en Madrid, Gabriel Rufián, que es probablemente el más odiado dentro de ERC. Las encuestas dejan claro que la caída de ERC y Junts está relacionada con el declive de Junqueras y Puigdemont.
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