
Blancanieves certifica la decadencia woke de Disney
La última película de la factoría Disney rompe los récords por abajo: es la película peor valorada en toda su historia
El reciente estreno de Blancanieves ha puesto en evidencia la crisis interna de Disney al seguir apostando por su línea ideológica "woke". La película, dirigida por Marc Webb, ha generado una serie de polémicas debido a sus cambios radicales respecto al clásico animado de 1937. Estos ajustes no han logrado el efecto esperado, provocando reacciones encontradas entre los críticos, tanto dentro como fuera de la industria.
Una de las modificaciones más notorias es la transformación de los siete enanitos, quienes han sido reemplazados por "criaturas mágicas" para evitar posibles críticas por estereotipos. Además, el personaje de Blancanieves, la joven que espera ser rescatada por un príncipe, ha sido planteada como una figura empoderada. Este enfoque ha sido presentado como parte de un esfuerzo por adaptar el cuento a los tiempos modernos, pero no ha convencido al público ni mucho menos.
Un serio fracaso
La película ha sido un fracaso en taquilla, con una recaudación de solo 45 millones de dólares en su estreno en Estados Unidos. Este resultado ha quedado muy por debajo de las expectativas de Disney, que había invertido 250 millones de dólares en su producción. Este revés llega en un momento crítico para la compañía, que ha visto cómo su valor en bolsa ha caído en los últimos años debido a su enfoque ideológico.

En medio de la crítica por su enfoque "woke", la película también ha enfrentado el descontento de algunos sectores más progresistas. La representación del beso entre Blancanieves y el príncipe, aunque consensuado en la narrativa, ha sido vista como una contradicción con el movimiento feminista. El lema "solo sí es sí" ha sido cuestionado, dado que el beso no es "robado" sino pedido, lo que ha generado polémica. La película, pues, no convence a nadie.
Blancanieves y la guerra en la Franja
A esto se suman los desacuerdos públicos entre las protagonistas, Rachel Zegler y Gal Gadot, sobre sus posiciones políticas. Zegler ha expresado abiertamente sus posturas pro-palestinas, mientras que Gadot apoya a Israel en la guerra de Gaza. Esta confrontación ha generado un ambiente incómodo para la promoción del filme, afectando su recepción.
La recepción crítica también ha sido negativa. En Rotten Tomatoes, la película tiene un 43% de aprobación entre los críticos y un 74% entre el público, lo cual es una puntuación decepcionante. A pesar de la actuación de Zegler, que ha sido alabada, la trama ha sido criticada por no lograr una conexión con el público.
El fracaso de Blancanieves es un claro indicio de que la apuesta por la agenda woke no está dando los resultados esperados. La reciente crisis de Disney, marcada por la caída de su capitalización en bolsa, refleja la lucha interna de la compañía. En respuesta a las críticas, el CEO Bob Iger ya prometió un giro hacia un enfoque más centrado en el entretenimiento y alejado de la política en sus producciones futuras.
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