Agente de los Mossos d'Esquadra de espaldas en una calle con paredes grafiteadas y árboles al fondo
POLÍTICA

Un apuñalamiento mortal en Badalona muestra las trágicas consecuencias de la okupación

Cataluña cierra otro mes negro en cuanto a la violencia y la inseguridad

Una pelea entre dos jóvenes africanos en un edificio okupado del barrio de Sant Roc, en Badalona, ha acabado con uno de ellos muerto. Los Mossos d’Esquadra han detenido al presunto autor de esta muerte por apuñalamiento. El suceso engrosa la lista de fallecidos y heridos por arma blanca y armas de fuego, este verano en Cataluña.

Un hombre con traje y corbata aparece en primer plano con un fondo de callejón con paredes de ladrillo y grafitis.

Este caso revela el grave problema de la okupación, que funciona como catalizador de la delincuencia y la inseguridad. El apuñalamiento mortal ha tenido lugar en el antiguo Instituto B-9, que lleva años okupado. Es tristemente conocido por los problemas de inseguridad e incivismo.

El ayuntamiento cuenta con una orden de desahucio en curso, pero hasta la fecha no ha conseguido expulsar a los okupas. Esto revela un grave problema de impunidad que a menudo tiene consecuencias fatales. Mientras no se puede hacer efectivo el desalojo, el antiguo colegio funciona como como centro de tráfico de drogas y prostitución.

Llevan tiempo esperando el desalojo

Se demuestra que la okupación, blanqueada durante años en Cataluña, acaba generando espacios de impunidad que favorecen la delincuencia y el incivismo. Esta es la principal tesis del alcalde de Badalona, Xavier Garcia Albiol, pionero en la creación de una oficina antiokupación. El propio Albiol ha sido tachado de "extrema derecha" y "racista" por oponerse a la okupación.

Su equipo de gobierno lleva tiempo batallando para desalojar este edificio, antes de derribarlo para levantar una comisaría de la Guàrdia Urbana. El lugar ya fue escenario recientemente de una pelea campal con machetes que acabó con una persona herida. Ahora, una nueva pelea ha acabado con la muerte de un joven de unos veinte años.

El desalojo del instituto se está alargando más de lo previsto, y el alcalde ha pedido paciencia en más de una ocasión. Al mismo tiempo ha denunciado la permisividad de las leyes, que protegen a los delincuentes y desamparan a los vecinos.

Los vecinos sufren las consecuencias

Los vecinos de la zona llevan años conviviendo con el tráfico de drogas, la prostitución y las peleas y agresiones que ocurren continuamente. Los vecinos viven con miedo, y son intimidados y amenazados por quienes han convertido el lugar en su coto privado.

La noticia del apuñalamiento mortal no ha sorprendido a nadie. Ahora solo esperan que sirva para acelerar un desalojo que acabe de una vez por todas con los problemas de convivencia. Mientras, piden más presencia policial. El alcalde responde que "no podemos tener una patrulla fija en la puerta del recinto viendo como entran y salen sin poder actuar por tener las manos atadas por la ley".

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