
Un acto de la ANC con Laura Borràs evidencia el declive del procesismo
Los datos señalan que el apoyo al 'procés' se ha quedado entre los segmentos más envejecidos de la población
El procés tal y como lo conocíamos terminó con el fin de la mayoría independentista en el Parlament. A partir de aquí, se ha abierto un periodo de reajuste dentro de la política catalana. Algunos de sus efectos más destacados son el colapso del wokismo, el auge de PP, la solidez de Vox y la irrupción de AC.
A pesar de que esto es una evidencia manifiesta, hay actores procesistas que todavía actúan como si nada hubiera pasado. El ejemplo más claro es el de la ANC, presidida por Lluís Llach. Comparsa del expresidente Puigdemont, la ANC no ha tenido más función que presionar a ERC para intentar salvar el naufragio procesista.
Al mismo tiempo, la ANC todavía no se despega de la grandilocuencia de la década procesista. De este modo, y según constata su nueva “hoja de ruta”, la ANC apuesta por la unilateralidad y el conflicto con el Estado. Es decir, precisamente lo que falló durante los años de la década procesista.

De los nietos a los abuelos
Incluso entre los sectores nacionalistas se da por descontado que la ANC está amortizada. Esto la ha convertido en objeto tanto de burlas como de críticas. Ahí están, por ejemplo, sus anecdóticas manifestaciones contra la Monarquía o su merchandising para generar ingresos.
Sin embargo, para muchos, el verdadero interés de la ANC está en que refleja la actual dinámica sociológica del procesismo.
Es decir, un apoyo entre la gente más mayor, y con una presencia juvenil casi nula. Esto se ha vuelto a reflejar en un acto que Laura Borràs ha protagonizado con la sección de la ANC en Cambrils. Tal y como se aprecia en las imágenes del acto, la mayoría del público asistente lo forman personas de edad avanzada:
Esto no es ni mucho menos una anécdota, sino que refleja la actual situación del procesismo. De hecho, el pasado septiembre, el CEO reflejó que el catalanismo había alcanzado su punto más bajo entre la juventud. Por el contrario, el apoyo al procés se ha mantenido, e incluso ha aumentado, entre los mayores de 65 años.
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