Una persona hablando frente a un micrófono con una bandera de fondo y un diseño gráfico superpuesto.
OPINIÓN

Lo de Laura Borràs

Laura Borràs no debería haber sido jamás presidenta del Parlament de Cataluña, por respeto a la misma institución

Con la excusa de la independencia de Cataluña, aquella que nunca ha acabado siendo, en este pequeño país se han hecho cosas muy graves. La última, intentar exonerar judicialmente a la principal responsable de todo el caos político de los últimos años, una persona que nunca debería haber sido presidenta del Parlamento de Cataluña: Laura Borràs.

El Tribunal Supremo, en un ejercicio de justicia, confirmó la semana pasada la condena por prevaricación y falsedad documental impuesta a la expresidenta de Junts por presunta corrupción. Nada que ver con el "procés", aunque ella y su entorno más cercano, el que aún le queda, hayan intentado vincularlo día sí y día también.

La condena impuesta a Borràs no es menor, pues conlleva 4 años y medio de prisión, 13 años de inhabilitación y una multa de hasta 36.000 euros, por fraccionar contratos para adjudicarlos a un amigo en 2018. Al mismo tiempo, el tribunal ha rechazado su petición para que se le aplique la amnistía.

Primer plano de Laura Borràs con cara triste

La Sala Penal respondió así al recurso de casación presentado por la defensa de Borràs contra la condena dictada en 2023 por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que la consideró autora de un delito de prevaricación administrativa y otro continuado de falsedad en documento oficial, además de inductora de un delito continuado de falsedad. Cuando era directora de la Institución de las Letras Catalanas, troceó varios contratos, adjudicados de forma irregular, para beneficiar a un amigo.

Uno nunca debe alegrarse de las desgracias ajenas. Menos aún cuando esta desgracia, por muy mal que se haya comportado la persona en cuestión, supone una privación de su libertad, es decir, su ingreso en prisión. Pero en el caso de Laura Borràs, ¿qué queréis que os diga? Tampoco lo lamento, como sí lo hice, y mucho, con Josep Rull, Dolors Bassa, Jordi Turull, Jordi Sànchez, Jordi Cuixart, Carme Forcadell, Raül Romeva, Quim Forn y Meritxell Borràs, el hecho de que pueda entrar en la cárcel.

Ya basta de envolverlo todo con la estelada, de victimizarse por todo. Más aún cuando la propia Borràs ha sido responsable del sufrimiento de tantos ciudadanos de Cataluña que no piensan como ella. Que ha mirado por encima del hombro a prácticamente todo el mundo durante el tiempo que ha ocupado un cargo que, repito, nunca debería haber ostentado, por respeto a la misma institución, como presidenta del Parlamento de Cataluña.

Que tenga suerte con el indulto del TSJC. Y si no la tiene, que a la próxima vez actúe mejor.

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