
El príncipe Harry da la peor noticia a Meghan Markle y a sus hijos
Meghan Markle y sus hijos, en el centro del miedo que atormenta al duque de Sussex, el príncipe Harry
Los días no son fáciles para el príncipe Harry: su batalla legal con el Ministerio del Interior británico ha alcanzado un punto crítico. A pesar de los años que han pasado desde su salida de la familia real, Harry no encuentra la tranquilidad que buscaba cuando se mudó a Estados Unidos. La lucha por recuperar su seguridad personal y la de los suyos lo tiene emocionalmente desgastado.
Tres años de batalla legal sin resultado
La disputa comenzó cuando, tras dejar sus deberes reales y mudarse a California, se le retiraron los privilegios que le correspondían como miembro activo de la familia real. Entre ellos, la protección policial. Desde entonces, el príncipe Harry exige que se le permita contar con ese servicio en sus visitas al Reino Unido, aunque ya no represente oficialmente a la Corona.

La respuesta del Gobierno ha sido clara: si desea escoltas, deberá pagarlos él mismo, pero el príncipe no acepta esta condición. Por eso ha apelado la decisión del Tribunal Supremo y ha viajado recientemente al país para reiterar su petición. “Estoy exhausto y abrumado”, confesó Harry a la periodista Victoria Ward, especialista en temas de la realeza.
El peso emocional de este proceso le está pasando factura. Según Ward, los “peores temores” del duque se están confirmando, y eso es algo “realmente triste”. Para él, proteger a su familia es una prioridad, y sentir que no puede hacerlo lo mantiene en constante estado de alerta.
El miedo que no lo deja en paz
Harry ha explicado que no teme tanto por su seguridad personal como por la de Meghan Markle y sus hijos. Desde su perspectiva, abandonar Londres fue un acto de protección. Pero la retirada de las medidas de seguridad, paradójicamente, los ha dejado más expuestos: siente que su familia podría estar en riesgo cada vez que pisan suelo británico.

Además, sospecha que esta negativa por parte del Gobierno no es casual. Cree que detrás hay una intención de empujarlo a volver al Reino Unido, a asumir nuevamente un rol dentro de la monarquía. “Una forma de presión encubierta”, como lo ha interpretado él mismo.
La frustración de Harry no solo recae sobre las instituciones, también hay reproches hacia su padre, Carlos III. Según medios británicos, el príncipe esperaba que el rey interviniera a su favor, que hiciera algo por revertir la situación. Pero eso no ocurrió y la decepción se acentúa.
Carlos III y el silencio que duele
Según revelaciones publicadas por The Guardian, Harry cree que su padre pudo haber presionado para restituirle el equipo de seguridad. Sin embargo, Sir Clive Alderton, uno de los asesores del rey, argumentó que “estos temas pertenecen a la política gubernamental” y que sería inapropiado intervenir.

Para el príncipe, ese silencio es una traición, siente que ha sido completamente abandonado. Y mientras Buckingham guarda distancia, él libra una batalla judicial que, de no prosperar, podría ser la última. Si el juez vuelve a fallar en su contra, deberá asumir que su protección dejó de ser un asunto de Estado el día que se instaló en Montecito.
La popularidad de Harry ha caído desde el llamado Megxit, pero su lucha por sentirse seguro sigue en pie. Y, como él mismo reconoce, tal vez esta sea su última oportunidad.
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