Hombre mayor pensativo con la mano en la barbilla frente a un calendario con una chincheta roja en el día 20.
ECONOMÍA

Malas noticias con las pensiones en España: debe tomarse una decisión lo antes posible

El actual sistema de pensiones parece inviable y los expertos ya proponen medidas para salir del problema

El futuro de las pensiones en España vuelve a generar preocupación. Aunque durante años ha sido un tema que se ha ido postergando, la realidad demográfica y económica actual ya no permite mirar hacia otro lado. La jubilación masiva de la generación del baby boom y el envejecimiento acelerado de la población están poniendo al límite un sistema ya no es sostenible en su forma actual.

Cada año hay más personas que se retiran y menos trabajadores activos que contribuyen a la Seguridad Social. Este desequilibrio provoca un déficit creciente en las cuentas públicas. Según algunos economistas podría alcanzar los 65.000 millones de euros en los próximos años si no se toman decisiones importantes.

El economista Gonzalo Bernardos ha explicado recientemente en un medio nacional que esta situación se agrava cada día. "En España hay un nuevo jubilado cada siete minutos", afirmó. Lo que refleja con claridad la presión que sufre el sistema.

Hombre mayor usando una computadora portátil y una calculadora, con un círculo que muestra una mano sacando billetes de una billetera.

Si esta tendencia continúa, no solo aumentará el gasto en pensiones, sino que se reducirá la capacidad de financiarlo.

Las tres soluciones para mantener el sistema de pensiones

Bernardos propone tres posibles soluciones al problema. Serían aumentar las cotizaciones de los trabajadores, reducir las pensiones actuales o retrasar la edad de jubilación. Sin embargo, reconoce que las dos primeras opciones son impopulares e injustas.

Aumentar las cotizaciones supondría cargar aún más a unos trabajadores que ya tienen sueldos bajos. Y reducir las pensiones sería un golpe directo al poder adquisitivo de los mayores. Por eso, apunta que la medida más viable y realista es alargar la vida laboral.

En la actualidad, muchos trabajadores ya pueden jubilarse a los 65 o 67 años, según el tiempo que hayan cotizado. Pero todo indica que en el futuro habrá que trabajar más allá de esas edades si se quiere mantener el nivel de las pensiones. Este cambio no afectaría de forma inmediata a todos, pero sí marcaría una nueva dirección en la política laboral y social del país.

Montaje con un aimagen de fondo de una mujer en un cajero automático y otra en primer plano de Gonzalo Bernardos

El debate no es nuevo, pero cobra fuerza en un momento en el que la esperanza de vida sigue creciendo. Y los jóvenes tienen dificultades para encontrar empleos estables y bien remunerados. Esto complica aún más la entrada de nuevos cotizantes al sistema, mientras que el número de beneficiarios no deja de crecer.

Además, la presión no solo viene de los datos económicos. Las organizaciones internacionales, como la Comisión Europea, llevan tiempo advirtiendo de la necesidad de reformas en los sistemas de pensiones.

Una medida que se impondrá

Todo apunta a que retrasar la edad de jubilación será la medida que terminará imponiéndose. Aunque no guste, parece ser la única vía con cierta lógica para mantener en pie un sistema que, de seguir así, no podrá sostenerse mucho más.

La conversación sobre las pensiones ya no puede esperar. Es el momento de actuar, antes de que la factura sea aún más difícil de pagar.

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