
Giro de 180 grados con la desaparición de la española Mati: 'Sospechamos del...'
La misteriosa desaparición de Matilde Muñoz Cazorla sigue llena de incógnitas y está acaparando muchos titulares
La desaparición de Matilde Muñoz Cazorla, exazafata y profesora de yoga gallega de 72 años, continúa rodeada de misterios en Lombok, Indonesia. Tras más de 50 días sin noticias, las investigaciones oficiales no han arrojado resultados concretos. La familia asegura que las versiones del personal del hotel donde se alojaba son contradictorias y confusas.
Elena Herranz, familiar de Matilde, declaró a El Español: "Sospechamos del hotel; hay contradicciones y creemos que dos empleados saben lo que ha pasado o que están implicados". El establecimiento Bumi Aditya, donde Mati se hospedaba, ha dado versiones distintas sobre la fecha de su desaparición y sobre los pagos realizados, lo que aumenta la confusión. La española, que había pagado por adelantado su estancia hasta el 20 de julio, desapareció el 1 de julio y su última comunicación con la familia fue el 29 de junio.

El misterio de Laos y las contradicciones del hotel
Tras la desaparición, Mala, contable y recepcionista del Bumi Aditya, afirmó haber recibido un mensaje de WhatsApp supuestamente enviado por Mati. En él, indicaba encontrarse en Laos y regresar en dos semanas, algo que la familia niega, ya que no había previsto viajar a ese país. Además, el 24 de julio tenía programado un viaje a Bangkok, Tailandia, lo que genera dudas sobre la veracidad del mensaje.
Los registros del hotel reflejan que Matilde pagó la extensión de su estancia el 5 de julio, no el 1 como afirmó Mala. El 6 de julio fue el último día en que apareció en la lista de huéspedes. Esto plantea preguntas sobre cómo se habrían producido los movimientos del dinero y la seguridad de sus pertenencias durante esos días.
El 23 de agosto, la policía de Lombok localizó las pertenencias de Matilde en la basura del hotel. Entre los objetos encontrados estaban sus sandalias, ropa y anotaciones personales, pero faltaban su pasaporte, móvil y tarjetas de crédito. La familia asegura que Mati llevaba dinero en efectivo y que era una persona austera, lo que descarta que hubiera abandonado voluntariamente sus cosas.

El candado, la habitación incorrecta y la moto
Matilde siempre cerraba su habitación con un candado, elemento que apareció forzado días después. La recepcionista, Mala, habría intentado convencer a amigos de la española para abrir la cerradura, según asegura la familia. Además, el personal del hotel señaló a la policía que la habitación de Mati era la 111, cuando en realidad residía en la 107, generando un posible despiste.
La moto de Matilde permanecía aparcada en el hotel, pero fue retirada por la empresa de alquiler sin explicación clara. La habitación también presentó cambios sospechosos: la televisión que antes estaba allí desapareció y todo estaba desordenado. La familia y el investigador Joaquín Campos consideran que estos hechos podrían indicar un robo nocturno y posterior manipulación de pruebas.
El consulado de Jakarta ha contactado con la familia para iniciar la geolocalización del teléfono de Matilde. Este paso permitirá esclarecer sus últimos movimientos y los de los días posteriores a su desaparición. Por el momento, la falta de detenciones y la opacidad del hotel mantienen el caso en un estado de máxima incertidumbre.
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