
Dramático aviso de Paco Castañares, experto en incendios: 'No se pueden apagar...'
El experto revela sin tapujos cuáles son los motivos principales que agravan cada verano los incendios
En los meses más calurosos del año, España vuelve a enfrentarse al drama de los grandes incendios forestales. Las imágenes de llamas descontroladas, medios aéreos trabajando sin descanso y vecinos evacuados son ya una rutina en muchas zonas rurales del país.
Detrás de cada fuego, se repiten los discursos oficiales y los esfuerzos por demostrar que se está haciendo todo lo posible. Sin embargo, cada vez son más las voces que cuestionan si estas acciones sirven realmente para algo cuando las condiciones del terreno y del clima lo complican todo.

"No es posible frenarlos"
Uno de los mayores conocedores del medio forestal, Paco Castañares, ha lanzado un mensaje que incomoda, según informa El Mundo. No por alarmista, sino porque desmonta la narrativa oficial. “No se trata de un problema de falta de medios, es que no es posible frenarlos”, asegura este veterano de la lucha contra el fuego.
Castañares fue director general de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura entre 1989 y 1994. Actualmente, preside la Asociación Extremeña de Empresas Forestales y del Medio Ambiente (AEEFOR). Desde hace años, insiste en que la clave está en la prevención y en el mundo rural.
Refiriéndose al incendio de Jarilla (Cáceres), ha sido tajante. “Es inútil lo que se está haciendo, y no lo es ahora, que ha pasado una semana desde su inicio, sino desde los primeros cinco o diez minutos”. Según explica, estos incendios tienen una energía tal que ningún operativo puede contenerlos.

Y sentencia con una frase que lo resume todo: “Estos incendios no se pueden apagar, son bombas atómicas y los hidroaviones les hacen cosquillas”.
Tormentas de fuego y vegetación abandonada
El experto describe incendios que se alimentan a sí mismos. “Tienen tanta intensidad que alteran la atmósfera y liberan energía suficiente para generar tormentas, rayos, vientos... y así multiplican su fuerza y velocidad”.
En este tipo de fuegos, el agua lanzada por medios aéreos ni siquiera llega a tocar las llamas. “Se evapora antes de hacerlo”, sostiene. Asegura que alcanzan temperaturas de hasta 1.200 grados centígrados, generando columnas de humo que superan los 14 kilómetros de altura.

A su juicio, la raíz del problema está en el abandono del territorio. Años de aridez acumulada, falta de limpieza forestal y caminos rurales cerrados son el caldo de cultivo perfecto. “Antes se quemaban 50 hectáreas en minutos; ahora, mínimo 2.000”, alerta.
Priorizar la vida humana ante fuegos imparables
Frente a este escenario, Castañares propone una estrategia clara: proteger a las personas antes que intentar lo imposible. “Los medios tienen que estar en los pueblos, no fuera. Hay una sensación de abandono”, afirma.

Además, cree que hay que parar y reorganizar. “Deberían retirar a los pilotos para que descansen y estén listos cuando realmente se les necesite”, sugiere. Todo esto, dice, es más efectivo que seguir el “paripé político”.
El experto también denuncia lo que llama “la economía del fuego”. Según sus datos, apagar un incendio cuesta unos 20.000 euros por hectárea. Pero con solo 2.000 por hectárea, una gestión preventiva evitaría catástrofes.
Como ejemplo, cita el caso de Jarilla: 12.000 hectáreas calcinadas y 24 millones de euros gastados. “Con la mitad de ese dinero, en diez años tendríamos allí un vergel. Y un futuro para los pueblos”, concluye con contundencia.
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