Una mujer con expresión de sorpresa y emoción, señalando hacia un círculo con signos de interrogación y un emoji de ojos de corazón, con un fondo de playa al atardecer.
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El bonito pueblo de Cataluña en el que se respira mucha tranquilidad: visita obligada

Un rincón medieval de la Costa Brava que conserva su esencia con calles empedradas, balcones floridos y encanto único

Cataluña está llena de pueblos que parecen sacados de un cuento. Calles empedradas, balcones con flores y paisajes mediterráneos que atrapan a primera vista. Entre ellos, pocos lugares concentran tanta historia y belleza como Sant Martí d’Empúries, considerado uno de los pueblos más bonitos de la Costa Brava.

Sant Martí d’Empúries

Sant Martí d’Empúries pertenece al municipio de l’Escala, en el Alt Empordà. El núcleo medieval se levanta en lo que en su origen fue una isla, unida al continente con el paso de los siglos. Su casco histórico, protegido como Bien Cultural de Interés Nacional, conserva la esencia de un pasado noble y marinero.

Dos calles de pueblo con casas de piedra adornadas con plantas y flores coloridas bajo un cielo despejado

Las casas de piedra, muchas con balcones llenos de flores, dan al pueblo un aire acogedor. El ambiente tranquilo invita a recorrerlo despacio, observando plazas, portales y rincones que parecen detener el tiempo. Todo ello con el Mediterráneo a un par de pasos.

Patrimonio, playas y buena mesa

El atractivo más famoso de la zona son las ruinas grecorromanas de Empúries, situadas junto al núcleo. Fundadas por colonos griegos en el siglo VI aC y más tarde romanizadas, mantienen viva la huella de dos grandes civilizaciones.

Son el único yacimiento arqueológico de la península ibérica que une ciudad romana y griega. Pasear entre sus muros con el mar de fondo es viajar dos milenios atrás.

Ruinas antiguas junto al mar con una estatua de espaldas y árboles al fondo

Pero no todo es historia: la playa de Sant Martí d’Empúries es familiar, amplia y de aguas limpias. Un paseo marítimo conecta el núcleo con l’Escala, rodeado de calas y dunas, perfecto para caminar o ir en bicicleta. El entorno natural se combina así con la comodidad de un destino accesible.

Playa de arena con sombrillas, tumbonas y personas disfrutando del mar en un día soleado

Entre sus edificios destaca la iglesia gótica de Sant Martí, que preside el centro del pueblo. También sorprende una casa forestal modernista, símbolo de la riqueza arquitectónica que esconde este rincón. Y después de pasear, nada mejor que sentarse en alguno de sus restaurantes, conocidos por reinterpretar con calidad la tradición marinera.

Iglesia de piedra con fachada fortificada y rosetón circular bajo un cielo azul

Huellas del pasado

Sant Martí d’Empúries también cuenta con las ruinas de un antiguo castillo medieval. Aunque solo se conservan restos, fueron inspiración para el escritor Víctor Mora, creador del cómic El Capitán Trueno. La conexión entre este enclave y la cultura popular es otro motivo que lo hace especial.

Ruina de una antigua construcción de piedra con un gran arco en el centro rodeada de vegetación y árboles

Además de este legado medieval, en la zona también se han conservado huellas de épocas pasadas, como restos griegos y romanos que confirman la importancia histórica de este enclave costero.

La boda que cerró el pueblo

Y si la belleza y la historia no son suficientes razones para visitarlo, esta anécdota podría convencerte. En junio de 2018, Sant Martí d’Empúries fue escenario de la boda de Kimbal Musk, hermano de Elon Musk, celebrada en las ruinas grecorromanas. El acceso al pueblo quedó restringido durante el evento, con controles de seguridad en cada entrada.

Los pocos vecinos acreditados pudieron comprobar el despliegue: calles tomadas por escoltas, vehículos de alta gama y un ambiente de máxima discreción. Entre los invitados confirmados destacaron Beyoncé, Barack Obama, Will Smith y Salma Hayek, lo que convirtió este rincón del Empordà en escenario de una boda de élite internacional.

Un lugar que siempre sorprende

El encanto de Sant Martí d’Empúries está en la mezcla de patrimonio, playas tranquilas y ambiente auténtico. Es un pueblo que se descubre despacio y se recuerda para siempre.

Playa concurrida con sombrillas y bañistas frente a un edificio antiguo rodeado de árboles y montañas al fondo

Quizá por eso enamora tanto a visitantes anónimos como a personajes conocidos. Entre murallas, arena y balcones floridos, guarda la esencia de la Costa Brava en estado puro.

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