
El encantador pueblo medieval considerado uno de los más bonitos de Cataluña: precioso
Entre volcanes, bosques y calles empedradas, este rincón de la Garrotxa sorprende por su historia y su encanto único
Cataluña guarda pueblos que parecen detener el tiempo. Calles estrechas, piedras antiguas y plazas que conservan la vida de otra época. En la Garrotxa, entre volcanes y bosques, se esconde uno de esos lugares que sorprende al visitante.
Se trata de Santa Pau, un pueblo medieval rodeado de naturaleza volcánica. Su encanto lo ha convertido en uno de los más bonitos de Cataluña, un destino donde historia y paisaje se mezclan en cada rincón.

El encanto medieval de Santa Pau
Santa Pau conserva la estructura típica de una villa medieval. Sus calles estrechas y casas de piedra forman un conjunto que transporta al visitante a otra época. El aire tranquilo del pueblo permite descubrirlo sin prisas, disfrutando de cada detalle arquitectónico.
El castillo de Santa Pau, construido en el siglo XIII, se alza sobre la plaza. Fue residencia de los barones que dieron nombre al lugar y todavía mantiene su aspecto fortificado. La iglesia gótica de Santa Maria completa un conjunto monumental que impresiona por su autenticidad.

Pasear por sus calles empedradas es retroceder en el tiempo. Cada esquina muestra muros de piedra, ventanas góticas y rincones que parecen intactos desde hace siglos.
Qué ver en Santa Pau
Santa Pau ofrece rincones que conquistan a primera vista. Su plaza porticada, rodeada de soportales y casas de piedra, es uno de los espacios más emblemáticos y un lugar ideal para empezar el recorrido.

El trazado medieval del casco antiguo, con calles estrechas y balcones floridos, invita a pasear sin prisa. Desde los miradores cercanos se pueden contemplar paisajes únicos del valle y de los volcanes de la Garrotxa.

También merece la pena descubrir su gastronomía local. Los fesols de Santa Pau, con denominación de origen protegida, son el producto estrella de la zona y protagonistas de ferias y restaurantes del pueblo.
Entre volcanes y naturaleza
Santa Pau se encuentra dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. A pocos kilómetros está el volcà de Santa Margarida, uno de los más conocidos. En su cráter se levanta una pequeña ermita, una de las imágenes más emblemáticas de la zona.

También cerca se encuentra la Fageda d’en Jordà, un hayedo único en tierras bajas, que crece sobre un manto de lava. Sus senderos son perfectos para pasear en cualquier época del año.

El pueblo es punto de partida de numerosas rutas de senderismo y bicicleta. Los caminos entre volcanes permiten descubrir la riqueza natural de la comarca sin alejarse demasiado del núcleo medieval.

Historia y tradiciones
Santa Pau aparece documentado en el siglo XIII, cuando se construyó el castillo. Desde entonces fue un centro de poder feudal en la Garrotxa. Sus murallas defendieron la villa durante siglos y todavía hoy marcan parte del trazado urbano.
El calendario local está lleno de celebraciones. Entre ellas destaca la Fira del Fesol, dedicada a su producto estrella, y otras fiestas tradicionales, como la Festa Major, que animan las calles medievales. La combinación de historia, cultura y gastronomía refuerza la identidad del pueblo.
Un destino que conquista
Como curiosidad, Santa Pau también aparece en el mundo del cine. El pueblo figura en la película The Map That Leads to You, producida por Prime Video y dirigida por Lasse Hallström. Está basada en la novela de JP Monninger, que se convirtió en un éxito internacional.
Santa Pau no necesita grandes monumentos para impresionar. Su fuerza está en el conjunto: calles medievales, paisajes volcánicos y una autenticidad que no se ha perdido con los años.
Quizá por eso cada vez más visitantes lo incluyen en sus rutas por la Garrotxa. Entre murallas, bosques y cráteres, este pueblo demuestra que la historia y la naturaleza pueden convivir en perfecta armonía.
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