El testimonio de una catalana que desmonta el relato oficial sobre las okupaciones

Cataluña está experimentando un nuevo repunte de la inseguridad, pese a los planes de choque del Govern del PSC para reducir la delincuencia. La okupación es uno de los factores que está detrás de este aumento de la inseguridad. Aunque el relato oficial dice que no existe tal problema, sino un uso interesado por parte de la extrema derecha para criminalizar a ciertos colectivos.

La izquierda dice que las okupaciones afectan a un porcentaje muy reducido de la población que, además, son clases bienestantes. También argumentan que el problema no son las okupaciones sino que hay demasiados pisos vacíos y mucha gente viviendo en la calle.

Los partidos que gobiernan en Cataluña difunden la idea de que la policía ya se encarga del problema, echando a los okupas en 24 horas. ¿Pero ocurre realmente así? El testimonio de una catalana lo desmiente, y no es la única.

'Lo de las 24 horas es mentira'

Sicrit asegura que es “mentira” que la policía desaloja a los okupas en 24 horas si te ocupan el piso donde vives. Una amiga suya se ha comprado un piso de segunda mano, explica, y “mientras lo estaba reformando se le metieron dentro unos okupas”. Según revela, “la policía ya le ha dicho que no lo recuperará hasta dentro de un año”.

Esta catalana tilda de “vergonzoso” e “insostenible” lo que está pasando en Cataluña. Pero no es la única. Otra catalana, Isabel Castro, le da la razón y explica lo que sucede.

“Estoy harta de ver casas de gente que se van de vacaciones o por trabajo y tardan entre 8 meses y 2 años en recuperar su casa”, afirma. Subraya en que no son segundas residencias, sino el hogar donde viven. 

Según esta experta, la situación se ha complicado tras los decretos de prórroga de los lanzamientos durante la covid. Alerta de que “Cataluña se ha convertido en una tierra de nadie, con el aval de la Generalitat y el Estado”. 

Confirma que “lo de las 24 horas se aplica en muy contadas ocasiones, porque cuando vuelves de viaje han cambiado el paño y se han domiciliado la pizza”.

Lamenta “el cinismo de los que agitan datos falsos desde el poder”, que “chocan frontalmente con la práctica forense de los juzgados y la realidad que sufren los ciudadanos”.