Un hombre con gafas y traje oscuro sobre un fondo azul.
POLÍTICA

La reculada del 'PP alemán' con la inmigración, o por qué sube la nueva derecha

Friedrich Merz, que en campaña electoral prometió un cierre de fronteras, dice ahora que 'nadie habló de eso'

Una de las razones del auge de partidos como Vox y AfD es la desafección de los votantes hacia las formaciones de centroderecha. En plena crisis migratoria y de seguridad, los ciudadanos ven a la derecha tradicional como parte del problema. En ese sentido, tienden a identificar a partidos como la CDU y el PP con el SPD y el PSOE, es decir, como estructuras al servicio de unos mismos intereses.

Dos hombres de traje estrechando manos frente a banderas de Alemania y España.

En España, el PP de Alberto Núñez Feijóo se muestra muy crítico con la política migratoria del PSOE. Pero al mismo tiempo vota a favor del procedimiento para regularizar a medio millón de inmigrantes ilegales en España.

En Alemania, el líder de la CDU Friedrich Merz prometió durante la campaña electoral que cerraría fronteras. Pero al día siguiente de ganar las elecciones, ha dicho que “nadie habló de cerrar fronteras”. 

La CDU y el PP reflejan la incongruencia de un centroderecha atrapado en una difícil posición. Por un lado, su necesidad de virar al ultraconservadurismo para contrarrestar la amenaza de la nueva derecha. Pero por otro lado, su incapacidad de romper con el establishment que le mantiene atado de pies y manos.

Por eso muchos votantes ven a Merz y a Feijóo como representantes de los mismos intereses que defienden el SPD y el PSOE. Servidores de la misma élite europea cuyas políticas han conducido Europa al desastre.

El espejismo del centroderecha

La rectificación de Friedrich Merz resulta más sorprendente porque representaba el ala de la CDU más escorada a la derecha. Era un detractor de Angela Merkel y tenía una posición especialmente dura con la inmigración y la seguridad. Esto es lo que ha llevado a muchos alemanes a decantarse finalmente por la CDU en lugar de la AfD.

Pero una vez conseguido su objetivo de arrebatar votos a la ultraderecha, Merz ha vuelto a demostrar que por encima de todo están los intereses de la élite. De hecho, Bruselas ha apremiado a Merz a formar gobierno cuanto antes. Y este ha descartado una alianza ultraconservadora del 50% de los alemanes, por una coalición con el peor SPD. 

Los ecos de Alemania llegan hasta España, donde Feijóo trata insistentemente de marcar distancias con Vox. Aunque una mayoría de españoles piden una alianza PP-Vox como alternativa al "sanchismo", Feijóo sigue agitando una coalición centrista con el PSOE.

Solo hay que retrotraerse al último debate de investidura, donde Feijóo presentó una batería de propuestas socialdemócratas para ganarse el apoyo del PSOE. Pero la estrategia tanto de CDU como de PP no hacen más que dar votos a la derecha radical.

La única alternativa

Con la AfD desatada en las encuestas, Merz se asustó. Prometió el control permanente de las fronteras Schengen, el rechazo en la frontera de los solicitantes de asilo procedentes de otros países de la UE, y la detención de personas obligadas a abandonar el país.

“Que quede claro”, dijo apenas ganó las elecciones, “nadie ha hablado de un cierre de fronteras”. Primero se asustó con el auge de la nueva derecha, y ahora se asusta con el establishment. Lo cual impulsa aún más a la nueva derecha.

El pacto de la CDU con el SPD ata de pies y manos a Friedrich Merz para dar un giro radical como pidieron los ciudadanos alemanes en las urnas. Lo mismo ocurrió en Francia con el frente contranatura del macronismo y la extrema izquierda. Y lo mismo podría pasar en España si acaba fraguando la Gran Coalición entre PP y PSOE.

Lo cual ha consolidado a Le Pen en Francia, la AfD en Alemania y Vox en España como la única alternativa antisistema. 

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