Hombre de barba y cabello corto gesticulando con ambas manos levantadas frente a una puerta de madera
POLÍTICA

Sigue la guerra en la CUP: un excandidato llama 'basura' a sus dirigentes

El alma más purista y radical de la CUP no tolera el cambio de estrategia del partido

La CUP atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia. Lo que en otro tiempo fue el referente del independentismo antisistema vive ahora una etapa de profunda decadencia electoral. La última prueba es el estallido en redes sociales de Santi Araña, excandidato y figura destacada del activismo antifascista barcelonés, que ha señalado directamente a dirigentes de la formación.

Araña reaccionó con mucha dureza a unas declaraciones de Jordi Casas y Guillem Surroca, que en una entrevista para ElNacional criticaban el aumento demográfico de Cataluña hasta los diez millones de habitantes. Para el antiguo número 5 de la lista cupaire en Barcelona, esos discursos son una traición a la militancia y a la esencia del proyecto. “Lo que no entiendo es por qué no mandáis a la mierda a esta basura de gente, no lo puedo entender. Se están cagando encima de toda la militancia que se ha dejado la piel durante muchos años”, escribía Araña:

Un militante de largo recorrido

Santi Araña no es un recién llegado al espacio cupaire. DJ de profesión, empresario en el barrio del Raval y activista en sindicatos de vivienda, su trayectoria siempre ha estado ligada al antifascismo. Fue candidato en las municipales de 2023 por la CUP en Barcelona y ha participado en plataformas contra los desahucios, en colectivos okupas y en protestas varidas. Su perfil combativo lo convirtió en un referente en los entornos más radicales de la izquierda independentista.

Un grupo de personas camina por un pasillo con cortinas rojas, llevando carpetas y libros.

Su salida pública contra Casas y Surroca evidencia, sin embargo, una fractura que va más allá de un simple enfado personal. Araña representa a los antisistema que ven con indignación que la CUP adopte discursos novedosos sobre inmigración. Más aún, Araña es un representante de los guardianes de las esencias que no toleran la nueva orientación pragmática de la CUP

Un partido atrapado en su propia crisis

Lo cierto es que la CUP atraviesa una crisis mucho más profunda. La dimisión de Laia Estrada como diputada, el enfrentamiento con Laure Vega y la división entre sectores históricos como Endavant y Poble Lliure han dejado la organización al borde de la implosión. La refundación impulsada en el llamado ‘Procés de Garbí’ debía ofrecer una salida estratégica, pero solo ha aumentado las discrepancias internas.

El partido ha perdido representación en el Parlament, se ha quedado fuera del Congreso y retrocede en concejales en los municipios donde antes era fuerte. La falta de cargos públicos ha reducido su capacidad de sostener una estructura amplia, lo que intensifica las peleas por el control interno. El resultado es una guerra constante que erosiona aún más su credibilidad ante la ciudadanía.

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