
'Qué más tiene que ocurrir': el tajante mensaje de Albiol sobre la multirreincidencia
Las administraciones públicas toleran que en Cataluña circulen 3.000 criminales reincidentes
El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, se caracteriza por tener una comunicación constante con el ciudadano a través de redes. Uno de sus mensajes más recurrentes es la denuncia de la impunidad que hay en Cataluña con la multirreincidencia. Con una frecuencia preocupante, el alcalde Albiol explica casos de multirreincidentes en su ciudad, Badalona.
Ayer mismo, Albiol contaba que la Guardia Urbana de su ciudad le había dado parte de la detención de un ciudadano extranjero que robaba piezas de aires acondicionados de un instituto. Como de costumbre, Albiol preguntó por el expediente de este criminal, y resulta que lleva ya 40 detenciones. En menos de siete días ya ha sido detenido dos veces:
Ante esto, el alcalde plantea una situación hipotética: Badalona consigue 10.000 policías más para que haya un agente “en cada esquina”. El problema, dice Albiol, es que esto no serviría para nada porque los ladrones entran y salen de la comisaría. Como ya ha insistido en otras ocasiones, la única solución pasa por una reforma legal a través del Congreso de los Diputados.

Por lo demás, el alcalde recuerda que a estos individuos hay que “cogerlos, meterlos en un avión y enviarlos a su país”. De lo contrario, se alimenta un peligroso caldo de cultivo de impunidad y escalada en el crimen. “¿Qué más tiene que ocurrir?”, se pregunta Albiol.
La multirreincidencia: una vergüenza para Cataluña
Los datos oficiales señalan que Cataluña tiene en estos momentos a 3.000 multirreincidentes en activo, en su mayoría hombres y “sin DNI español”, como dijo de manera eufemística la consejera de Interior. Es decir, las administraciones públicas toleran que en Cataluña circulen miles de personas que han hecho del crimen su forma de vida.
Además, hay que destacar que esta criminalidad es una industria con su funcionamiento y sus reglas. Esto ya lo explicó Josep Lluís Trapero, que dejó muy claro que estas personas no roban por necesidad o exclusión social. "Hablamos de bandas que ganan mucho dinero, que tienen un nivel de vida muy alto", explicó Trapero. En el caso de los teléfonos robados, por ejemplo, se sabe a ciencia cierta que hay una industria de piezas y reventa entre Asia y Marruecos.
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