PSC, Junts, ERC, Comuns y CUP, en contra de cerrar mezquitas radicales
Solo PP y Vox apoyaron la moción de Aliança Catalana contra el salafismo
Aliança Catalana presentó este jueves en el Parlament una moción para interpelar al Govern sobre las mezquitas vinculadas a procesos de radicalización. La moción fue presentada por Sílvia Orriols. La líder de Aliança Catalana insistió en la idea de que el islam es incompatible con los valores occidentales, unas afirmaciones por las que fue sancionada con 10.001 por la Generalitat.
Orriols denunció la “permisividad” institucional hacia la “contracomunidad” islámica, “ya sea por miedo, por ingenuidad o para recabar votos”. Esto ha llevado, según expuso, a que Cataluña sea “una de las regiones europeas con más mezquitas salafistas y procesos de radicalización”.
Apuntó a la existencia de cien mezquitas “donde se discrimina a las mujeres y se lanzan impunemente mensajes de odio contra occidente”. Asimismo alertó de un auge del islamismo radical en los últimos años.
Por todo esto, Aliança Catalana pidió el cierre de los centros de culto vinculados a la radicalización y la ilegalización de la asociación Annour con vínculos con los terroristas del 17-A.
La moción fue rechazada por el PSC, Junts, ERC, Comuns y la CUP. Precisamente los partidos que, sin nombrarlos, había señalado Sílvia Orriols como responsables de la complicidad con el islamismo radical. En cambio, la propuesta contó con el apoyo de Vox y PP, que coincidieron en el peligro de la radicalización islamista para la seguridad.
Oposición de la mayoría de partidos
Uno de los partidos que se opuso al cierre de las mezquitas radicales fue Junts. El diputado Agustí Colomines se amparó en la equidistancia del “ni islamismo radical ni islamofobia”. Dijo que “no se puede combatir un extremismo con otro extremismo”, y propuso cursos de catalán y derechos humanos para los imanes radicales.
ERC aprovechó para hacer un discurso contra “la extrema derecha”, de una forma vaga y sin entrar en el fondo de la moción. El diputado Joan Ignasi Elena se refirió simplemente a la acción de “una policía democrática que garantice la seguridad”.
Andrés García Berrio, de los Comuns, recurrió también a la “extrema derecha” para defender su posición contraria a cerrar las mezquitas radicales. Dijo que la propuesta va contra el estado de derecho, y apeló también a la actuación de los cuerpos policiales.
La CUP acusó a Aliança Catalana de utilizar el pretexto de las mezquitas para seguir manteniendo la explotación de la clase trabajadora migrante. La diputada Laure Vega reivindicó a Lamine Yamal y Morad para decir que "somos todos un mismo pueblo".
También el PSC votó en contra de la propuesta, diciendo que "no hay nada más peligroso para la democracia que el racismo institucional". Señaló a Sílvia Orriols por querer estigmatizar a los musulmanes en Cataluña mezclando el islam con el terrorismo. El diputado Mario García Goméz dijo que el mejor antídoto contra la radicalización es "la igualdad de oportunidades, la tolerancia y la diversidad".
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