Hombre de cabello canoso con expresión seria mirando hacia abajo en un entorno interior
POLÍTICA

Pedro Sánchez, en un mar de dudas: ¿Elecciones generales en otoño?

Moncloa estudia un adelanto electoral ante el temor de una traición de ERC y Junts

Pedro Sánchez ya no lo tiene tan claro. El Presidente del Gobierno consiguió salvar la situación en junio, tras el escándalo de Santos Cerdán, tocando a arrebate y con algunos cambios estéticos. Pero no logró apaciguar los ánimos dentro del propio PSOE, donde incluso los suyos presionaron para que tomara decisiones de mayor calado.

El adelanto electoral siempre ha estado encima de la mesa. Los barones llevan tiempo pidiendo a Pedro Sánchez que convoque elecciones para evitar que las generales coincidan con las municipales en 2027. Temen que la crisis de Ferraz arrastre a las territoriales.

Plano medio del presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, con rostro serio, durante una rueda de prensa, en la sede del PSOE en Ferraz, a 12 de junio de 2025, en Madrid.

Pero Sánchez se negó desde el primer momento a ceder a las presiones. Estaba convencido de poder reconstruir la confianza con sus socios y de apagar el fuego de los escándalos judiciales con presupuestos y un nuevo impulso legislativo. En vísperas de empezar el nuevo curso político, el optimismo se va disipando y aparecen de nuevo las dudas.

El pesimismo se está apoderando de Pedro Sánchez y su entorno, principalmente debido a tres factores: el alejamiento de sus socios, la situación judicial y el bloqueo parlamentario. Ante esto, Moncloa empieza a estudiar la posibilidad de un adelanto electoral inminente.

Moncloa teme una traición de ERC y Junts

La principal preocupación del Gobierno ahora mismo es el cambio de actitud de ERC y Junts, que pone en riesgo la aprobación de los presupuestos de 2026. Para Junqueras y Puigdemont, el PSOE ha pasado de ser una oportunidad a ser una rémora. Los partidos procesistas meditan ahora si seguir sosteniendo a Sánchez para exprimirlo del todo, o hacerlo saltar todo por los aires para intentar pescar en río revuelto.

La no aprobación de los presupuestos haría prácticamente imposible la supervivencia de Pedro Sánchez, en un curso político ya de por sí muy complicado. En el horizonte más inmediato están los casos judiciales y la parálisis legislativa.

La aritmética parlamentaria ha impedido al Gobierno aprobar sus medidas estrella, como la reducción de la jornada laboral y la reforma del sistema judicial. El PSOE lo volverá a intentar en el arranque del nuevo curso, además de otras medidas como la vivienda, la ley de familias, la regularización de inmigrantes y la reforma de calidad democrática. Pero en Moncloa crece la preocupación ante la pérdida de la mayoría parlamentaria y social.

Tres hombres vestidos de traje se saludan y conversan en un ambiente formal.

La otra preocupación es la reactivación de los procesos judiciales y su impacto negativo en el PSOE y el Gobierno. A ello se le suma la presión del PP, que prepara nuevas movilizaciones en la calle para seguir desgastando a Sánchez.

¿Adelantarse o aguantar? 

Pedro Sánchez se ha caracterizado siempre por ser un gran estratega, capaz siempre de adelantarse a los acontecimientos para sacar el mejor partido. Esto le permitió mantener la presidencia en el Gobierno en 2023, contra todo pronóstico, adelantando las elecciones generales tras la debacle de las autonómicas y municipales. Moncloa empieza a meditar una operación parecida.

El dilema está en aguantar hasta el final o adelantarse a una posible traición de sus socios. Sánchez y su entorno apostaban hasta ahora por agotar la legislatura para ganar tiempo ante la pérdida de la mayoría social. Pero el escenario ha cambiado.

La situación del PSOE es tan delicada que mantener el gobierno en esta situación puede ser más perjudicial a la larga. Además, está el riesgo de que ERC y Junts decidan quemarlo todo, y tener que convocar elecciones a la desesperada. En cambio, adelantarse y convocar elecciones sería un golpe de efecto y permitiría al PSOE recuperar la iniciativa.

Sánchez podría convocar elecciones para noviembre o diciembre, y tener tres meses para recuperar la confianza de sus votantes mientras la derecha (PP y Vox) se pelean entre sí. Esta opción, aunque arriesgada, cada vez parece la menos desastrosa. El tiempo lo dirá.

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