Hombre hablando en un podio con el logo de "esquerra.cat" en un fondo amarillo.
POLÍTICA

ERC, acorralada tras la confesión de Pablo Iglesias sobre el traspaso de inmigración

Guerra sucia, lucha interna y doble juego con Junts: hay pocas dudas de que ERC se mueve por tacticismos partidistas

Nueva sacudida en la política catalana tras la revelación de Pablo Iglesias. El exvicepresidente asegura que dirigentes de ERC pidieron a su formación tumbar la delegación de competencias de inmigración. El asunto ha reaparecido con fuerza en plena tormenta política y ha colocado a Oriol Junqueras en el centro de las críticas.

Según Iglesias, “hubo dirigentes de ERC que, en privado, nos decían: por favor, detened eso. No lo podemos decir en público porque son competencias para Cataluña, pero no sabemos cuál es el objetivo de Junts”. ERC - hay que destacarlo - nunca desmintió de manera explícita esas palabras. Todo esto apunta a que los republicanos jugaron con dos barajas: apoyar a Junts de cara a la galería y torpedearlo entre bambalinas.

La contradicción resulta aún más evidente porque, meses después, estos mismos días, ERC votó a favor de la proposición de Junts. De paso, lanazaba duros reproches contra Podemos por bloquear la medida. Gabriel Rufián llegó a acusarles de “centralistas” y de incurrir en un “jacobinismo” que, a su juicio, atentaba contra la autonomía catalana.

Un hombre con traje oscuro y corbata habla en un podio levantando un dedo.

Más piedras en la estrategia de Junqueras

La confesión de Iglesias ha reabierto el debate sobre la coherencia de ERC y la estrategia de Junqueras dentro del independentismo. Para muchos, ya no cabe la más mínima duda de que ERC se ha consumido durante años en las maniobras palaciegas. Las redes sociales se han llenado de reproches.

El abogado Jaume Alonso-Cuevillas, por ejemplo, advertía que “Si eso es cierto, es muy grave. Mientras algunos partidos sigan priorizando sus intereses electorales por encima de los del país, no iremos a ninguna parte”. El diputado de Junts en el Congreso, Josep Pagès i Massó, ironizaba con un breve comentario: “Queda todo entre compañeros”.

Muchos usuarios fueron más lejos, acusando a los republicanos de traición reiterada al independentismo. “La lista de deslealtades de ERC es tan larga que da asco”, “Si esto es cierto, la tumba de ERC ya está completamente abierta”. Este es el tono general del desecanto hacia ERC.

¿Cuál es la conclusión profunda de toda esta situación?. Pues no es otra que a ERC le pesa mucho más la batalla partitocrática que la realidad social y ciudadana. La eterna batalla con Junts ha llevado a los republicanos a maniobrar por y para no perder protagonismo electoral. En este sentido, el postprocés no es otra cosa que la agudización de las peores dinámicas del procés. 

ERC y Junts, a remolque de Aliança Catalana

Otra de las conclusiones es que Junts y ERC siguen desangrándose en su intento de taponar la hemorragia provocada por Aliança Catalana. Junts intenta a la desesperada un giro a la derecha que le permita retener el electorado preocupado por la degradación de Cataluña. ERC también ha iniciado un desplazamiento hacia el centro, cuestionando la Cataluña de los 10 millones.

El problema de unos y otros es la credibilidad. Además, el auge de Aliança Catalana ha acentuado las diferencias ideológicas entre Junts y ERC. El procesismo atraviesa pues una división cada vez mayor y una falta de credibilidad que erosiona sus bases y sus votantes.

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