
La sentencia de Toni Clapés al nuevo programa de TV3 de Bibiana Ballbé: '¿Lo ve?
Toni Clapés señala directamente a la máxima responsable de 3cat
La televisión pública catalana vive días agitados tras el estreno de Bestial, el nuevo programa de entrevistas conducido por Bibiana Ballbé. Lo que se presentaba como un espectáculo moderno, atrevido y emocional ha provocado justo lo contrario de lo que buscaba: un rechazo frontal y generalizado por parte de los espectadores.
El primer capítulo generó un alud de reacciones en redes sociales. Desde el primer minuto, el tono del programa —marcado por los gritos, la música estridente y una conducción agitada— descolocó a muchos. Las críticas llegaron de todos lados. Usuarios que esperaban una propuesta con contenido encontraron algo muy distinto.

Algunos hablaron de bochorno. Otros confesaron haber apagado el televisor antes de los diez minutos. Incluso hubo quien ironizó con que era la mejor ayuda para irse a dormir temprano y empezar la semana con energía.
Lo que más molestó fue la sensación de vacío. No solo en el fondo, también en la forma. La estética pretendidamente moderna, el lenguaje improvisado y las preguntas de tono frívolo terminaron por desconectar a una audiencia acostumbrada a un mínimo de coherencia y respeto por el idioma.
Algunos comentarios lamentaban que se maltratara el catalán en horario de máxima audiencia. Otros se preguntaban si alguien había revisado el contenido antes de emitirlo. No faltaron comparaciones con programas de entretenimiento considerados banales o sin valor cultural.

Toni Clapés resume una sensación general
Pero la crítica más demoledora llegó desde dentro del propio mundo mediático catalán. Toni Clapés, una de las voces más respetadas de la radio en Cataluña, lanzó una frase breve pero contundente. “¿Rosa Romà ve 3cat?”, escribió en redes, en alusión directa a Rosa Romà, presidenta de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals.
Un dardo envenenado con apenas tres palabras. Una pregunta cargada de ironía. Un mensaje que, más que preguntar, acusaba.
Clapés no necesita explayarse y su frase resume el sentimiento de muchos. Cuestiona quién toma las decisiones dentro de la televisión pública. Quiere saber si realmente se aprueban estos contenidos desde la presidencia. Si alguien, con responsabilidad real, ha visto el resultado antes de dar luz verde.
La crítica, aunque breve, fue directa y pública, sirvió para amplificar el debate. Porque el problema no es solo un programa que no gusta, es la sensación de que algo se ha roto en el criterio editorial. Que se apuesta por fórmulas vacías, por nombres conocidos, por estética sin contenido, mientras se deja de lado el rigor, la calidad o la conexión real con la audiencia.
El estreno de Bestial ha dejado una huella inesperada. No por su éxito, sino por su capacidad de generar incomodidad. De hacer visible un malestar que ya venía gestándose.
Un programa que pretendía ser revolucionario ha terminado cuestionado desde dentro y desde fuera. Y la pregunta, aunque simple, sigue en el aire. Rosa Romà, presidenta del ente público, ¿lo ve?
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