
El drama de la seguridad en Mataró: una ocupación cada 5 días y una tentativa diaria
La policía ha abortado 350 ocupaciones en el último año
El pasado mes de abril Mataró fue el epicentro de la crisis de ocupaciones que ha disparado la inseguridad en Cataluña. Una ocupación frustrada por la policía desencadenó una explosión de ira de la comunidad migrante y la izquierda radical, en el barrio de Cerdanyola. La violencia desatada puso de manifiesto el avanzado proceso de degradación de la ciudad.

Mataró, ciudad de 130.000 habitantes en la provincia de Barcelona, es uno de los puntos calientes de la ocupación en Cataluña. En esta localidad se producen un 70% más de allanamiento que la media catalana. Esto llevó a la creación de una oficina antiocupación por parte del ayuntamiento.
78 ocupaciones en un año
En su primer año de funcionamiento, la Oficina de Atención e Intervención en Ocupaciones de Mataró ha intervenido en 78 casos conflictivos. Es decir, una ocupación cada cinco días.
La mediación ha conseguido resolver un 40% de ellos. Lo cual no significa que hayan logrado echar a los okupas, ya que esto solo puede resolverse con procesos judiciales que suelen alargarse en el tiempo.
Según los datos los procesos judiciales para que un propietario pueda echar a los okupas de su propiedad duran unos dos años de media. La oficina antiocupación tiene la misión de gestionar la mediación mientras no se ejecutan las sentencias. El propio ayuntamiento de Mataró reconoce que su actividad está limitada por la labor judicial.
Esto reabre el debate sobre la laxitud de las leyes, que desprotegen a los propietarios y amparan a los delincuentes. Partidos como PP y Junts han impulsado reformas legislativas en el Congreso de los Diputados. Pero el problema sigue lejos de solucionarse.
Una tentativa diaria
El dato, una ocupación cada cinco días, demuestra también que este es un problema real más allá del negacionismo de algunos. La izquierda asegura que las ocupaciones en Cataluña son testimoniales. Acusan a la derecha de utilizarlo para fines electoralistas y sugieren también un interés por parte del lobby de las empresas de alarmas.

En Mataró no solo es una realidad, sino también una situación grave que afecta la seguridad y la convivencia de los vecinos. La oficina antiocupación ha servido para asesorar a los afectados y ofrecerles vías alternativas. Pero no ha solucionado el problema de fondo, que es el de la impunidad de los okupas favorecida por las leyes.
La gravedad de la situación se hace más evidente si nos fijamos en las tentativas de ocupación. La Policía Local y los Mossos d’Esquadra han abortado 350 intentos de okupación este último año. Esto supone un intento de ocupación al día.
Las autoridades lo presentan como un dato positivo, que significa que se está actuando contra el problema. De hecho, los mandos policiales también aseguran que la situación está mejorando respecto a los últimos años. Habrá que seguir atentos para comprobar si, una vez más, la dura realidad cotidiana de los vecinos contradice el relato oficial.
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