Un guardia de seguridad con chaleco naranja supervisa la entrada de pasajeros en un vagón de metro rojo.
POLÍTICA

La lucha de los vigilantes del Metro de BCN: la huelga que la izquierda no apoya

Piden más formación y mecanismos de autodefensa ante el aumento de la delincuencia y la violencia

La brutal agresión a un vigilante de seguridad que ha perdido un ojo ha sido la gota que ha colmado la paciencia de los vigilantes del metro de Barcelona. Los trabajadores de Securitas empezarán una huelga indefinida este domingo para reclamar más mecanismos de defensa ante las agresiones. Como era de esperar, y como ocurrió con los funcionarios de prisiones, esta lucha no ha encontrado eco en la izquierda.

Los vigilantes de seguridad piden más herramientas y atribuciones a la hora de actuar contra la violencia creciente en el transporte urbano. Especialmente en el metro de Barcelona, convertido desde hace tiempo en un pozo de delincuencia e inseguridad. Hace una semana, una pelea entre jóvenes acabó con uno de ellos golpeando brutalmente con un puño americano al vigilante que quería mediar.

Capturas de pantalla de Twitter

Este incidente ha puesto de manifiesto la indefensión a la que son expuestos los vigilantes, que solo pueden desempeñar labores de contención. Como ocurrió en este caso, cuando la cosa se pone fea solo pueden llamar a los Mossos d’Esquadra. El auge de la violencia y la delincuencia en Cataluña obliga a una actualización de unos protocolos excesivamente blandos.

Los vigilantes se quejan además de una falta de formación que les impide muchas veces enfrentarse a situaciones extremas. Denuncian su situación de precariedad e inseguridad. Que a la vez redunda en más inseguridad en el metro y en el transporte público para los pasajeros.

Apoyo unánime de los pasajeros

Por su parte, TMB (compañía municipal de transportes) se ha solidarizado con el vigilante herido y ha tendido la mano a los huelguistas. Su directora, Laia Bonet, ha asegurado que la compañía ha aceptado todos los puntos que solicitan los trabajadores. Confía en un acuerdo inminente para disolver la huelga y restablecer la normalidad.

Quienes sí han mostrado un apoyo unánime a los vigilantes han sido los pasajeros, que son quienes sufren las consecuencias diarias de la inseguridad creciente. Piden más herramientas y prerrogativas para los vigilantes, para ejercer más mano dura contra los delincuentes.

Los trabajadores de seguridad del metro piden salarios más altos, ajustados a la responsabilidad del trabajo que desempeñan. Pero también herramientas de autodefensa como sprays de pimienta para las situaciones más críticas. El sindicato ADN, que se personará como acusación particular en el caso del vigilante agredido, dice que es imprescindible disponer de más mecanismos.

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