Un hombre de traje y corbata habla en un parlamento mientras otras personas lo observan desde sus asientos.
POLÍTICA

PP y Vox aprietan el acelerador con la inseguridad y la inmigración en Cataluña

Los partidos de la derecha consiguen tensionar y poner en evidencia a los partidos progres y procesistas

PP y Vox han presentado dos propuestas de resolución este miércoles en la Comisión de Interior y Seguridad Pública del Parlament de Cataluña. Los populares han propuesto varias medidas para combatir el auge delincuencial y frenar la multirreincidencia. La de Vox iba destinada a expulsar a los inmigrantes ilegales y ejercer un control más férreo de las fronteras.

Las dos propuestas no han prosperado, como era de esperar dada la composición del pleno. Pero sí ha servido para marcar la agenda política y poner contra las cuerdas a algunas formaciones políticas.  

Ignacio Garriga con traje oscuro hablando en un podio con micrófonos en el Parlament de Catalunya

La propuesta de resolución del PP, por ejemplo, sirvió para evidenciar el viraje a la derecha de Junts y la distancia entre PSC y ERC en temas como la seguridad. La de Vox puso de manifiesto la hipocresía de algunos partidos como Junts, que utilizan un relato u otro en función del contexto y el momento. Cuando quieren rivalizar con Aliança Catalana marcan un perfil duro, en cambio ayer se alinearon con ERC, Comuns y la CUP tildando a Vox de racistas y extrema derecha.

La seguridad y la inmigración tensionan a los partidos

Los partidos rechazaron la propuesta de resolución para endurecer las penas contra los delincuentes multirreincidentes. La mayoría de los partidos quedaron retratados al defender las mismas recetas que han conllevado un auge de la inseguridad en barrios y ciudades.

Sobre todo ERC, CUP y Comuns, que volvieron a defender un modelo antipunitivo y garantista que apueste por la reinserción y cambios educativos y socioeconómicos. También acusaron las propuestas del PP de represivas y de extrema derecha. El PSC aprovechó para volver a colar su relato, de firmeza y mano dura ("qui la fa la paga") pero al mismo tiempo de embate contra la extrema derecha y los discursos de odio.

Por su lado, Vox aprovechó sus intervenciones en la comisión para retratar a progres y procesistas pero también atacar al PP. En su guerra particular con los populares, Vox les metió en el mismo saco que PSOE y sus socios en la gestión de la inmigración en España. Por ejemplo, con la regularización masiva de inmigrantes ilegales o el reparto de menas en las comunidades.

Estrategia de desgaste

Más allá de las luchas partidistas, PP y Vox siguen una estrategia de desgaste del gobierno y de sus rivales políticos en un momento de gran inestabilidad.

El PP ha hecho de la seguridad su tema estrella de la legislatura denunciando cosas como la multirreincidencia y la okupación. Aprovechan siempre que pueden para colar el tema en las sesiones del parlamento, y también en comisiones como la de ayer. Lo mismo hace Vox, pero denunciando las consecuencias de la inmigración ilegal.

El PP adopta un perfil más parlamentario basado sobre todo en el carisma de su líder, Alejandro Fernández, y su capacidad oratoria. En cambio, Vox está siguiendo más una estrategia de pisar la calle. Sus líderes están recorriendo barrios y ciudades especialmente castigados por la inseguridad para mostrar cercanía con los ciudadanos.

Mientras, sesiones como la de ayer les permiten poner en evidencia las contradicciones del resto de partidos del arco parlamentario. Con el tema de la inmigración ponen contra las cuerdas al PSC y avivan el fuego de la guerra entre Junts y Aliança Catalana. Con el tema de la inseguridad ahondan en la crisis de credibilidad de la izquierda, incapaces de encontrar un giro a su relato.

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