Un vehículo policial con luces encendidas está estacionado cerca de un incendio en la calle, mientras un comunicado aparece superpuesto en la imagen.
POLÍTICA

La izquierda catalana justifica los disturbios de los inmigrantes prookupación en Salt

Exigen soluciones urgentes a la emergencia habitacional y el fin de la violencia policial

La policía ejecutó el viernes 7 de marzo una orden de desalojo de una familia subsahariana en Salt. Llevaban cinco años sin pagar el alquiler y tampoco cumplían los requisitos de vulnerabilidad para acceder a una vivienda social. El lunes 10, el cabeza de familia, imán de una mezquita del municipio, fue pillado in fraganti mientras intentaba entrar en la vivienda de manera ilegal. 

Un grupo de policías con equipo antidisturbios está de pie junto a una furgoneta policial con luces azules encendidas en una calle arbolada durante la noche.

Una concentración de inmigrantes y activistas de extrema izquierda acabó con altercados y lanzamiento de piedras contra la policía. Las organizaciones radicales convocaron una nueva manifestación el martes, que desencadenó disturbios aún mayores.

Autoridades y policía han mostrado su preocupación ante la violencia desatada en Salt. En cambio, la izquierda catalana se ha dedicado estas últimas horas a jalear los disturbios y los ataques contra la policía. Consideran que están justificados por la defensa a una vivienda digna y contra el racismo institucional.

Comunicado del Sindicat de l'Habitatge

El Sindicat de l’Habitatge de Salt ha sido una de las organizaciones más activas durante las protestas estos días. A raíz de los altercados emitió un comunicado donde exige “soluciones inmediatas” al problema de la vivienda, y “el fin de la violencia policial”.

El sindicato denuncia “el abuso policial” ante “una familia con cuatro menores que intentaba ejercitar el derecho a una vivienda digna y adecuada”. Afirma que esto fue “la chispa” que encendió la mecha de los disturbios. “La ciudadanía quiere soluciones ante la emergencia habitacional y reclama el fin de la violencia policial”, dice el comunicado.

Aseguran que las concentraciones han surgido “de manera espontánea”. Acusan a la administración de “racismo institucional” por la cadena de desahucios que afectan, la mayoría de ellos, a población migrante. 

Apoyo de la izquierda

Esta versión ha contado con el respaldo de la CUP. En la sesión parlamentaria de ayer, la diputada Laure Vega felicitó y alentó en nombre de su partido a los musulmanes de Salt que atacaron a la policía. También lo ha hecho Arran, la organización juvenil de la CUP, que ha mostrado "todo nuestro apoyo a las afectadas y al sindicato y el movimiento por la vivienda".

Unidad Contra el Fascismo y el Racismo (UCFR) ha dado su propia versión de los hechos. Afirman que la familia llevaba tiempo sin poder pagar la hipoteca por problemas económicos y les echaron sin una solución habitacional. Denuncian que fueron desahuciados con brutalidad policial, y que el padre de familia acabó en el hospital.

La activista antirracista Fàtima Aatar dice que "tarde o temprano esto tenía que estallar", y denuncia el desahucio de familias trabajadoras, con menores y sin alternativa habitacional. "La única opción es ocupar o volver al piso de donde te han hechado por la fuerza. Pero claro, los Mossos tienen carta blanca", lamenta.

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