
La izquierda en Cataluña ya no suma, y Aliança Catalana y Vox sumarían 35 diputados
El postprocés continúa con su reajuste: un nuevo debate político y la siguiente mutación del independentismo
El mapa político catalán ha dado un vuelco con el último sondeo publicado por La Vanguardia. Los datos apuntan al hundimiento de la izquierda y el avance de las nuevas fuerzas de derecha. Según la encuesta de Ipsos, la suma de PSC, ERC, Comuns y CUP se queda en 66 escaños, insuficiente para revalidar una mayoría.
Ni siquiera la llamada sociovergencia un hipotético pacto entre PSC y Junts bastaría para garantizar la estabilidad. Este escenario abre la puerta a una etapa de bloqueo político, con la posibilidad real de repetición electoral. En cualquier caso, lo más relevante es la interpretación sociológica de fondo.
Partido | Escaños |
PSC | 36 |
ERC | 21 |
Junts | 21 |
AC | 19 |
VOX | 16 |
PP | 13 |
Comuns | 5 |
CUP | 4 |
El ascenso de Orriols y Vox
El dato más llamativo es el crecimiento de Aliança Catalana. La formación de Sílvia Orriols no deja de escalar en intención de voto. Hace apenas unos días otra encuesta le otorgaba 14 escaños y ahora el sondeo de Ipsos le da ya 19. Con esa cifra, se quedaría a solo dos diputados de Junts, que caería hasta los 21.

Vox también capitaliza el desgaste del procesismo y de la izquierda, pasando de 11 a 16 escaños. La suma de Aliança Catalana y Vox alcanzaría los 35 diputados, un bloque que hasta hace poco parecía impensable en la política catalana. Entre ambos partidos representarían casi una quinta parte del Parlament.
Para situar el crecimiento de Vox basta decir que los de Garriga está a 1,2 puntos de igualar en votos a Junts. Así mismo, también hay que destacar que Vox gana a AC en votos; la diferencia de escaños obedece al sistema electoral. Esto es importante para captar la dimensión real (no cocinada por el reparto) de la sociología electoral.
El PP, en cambio, se estanca y perdería fuerza. Alejandro Fernández retrocedería de 15 a 13 diputados, confirmando que los populares no logran consolidarse en el espacio constitucionalista. Esto, sin embargo, no es ninguna novedad porque es un grito a voces que el PP tiene problemas estructurales para lidiar con la nueva realidad política.
Por su lado, ERC y Junts se hunden en paralelo. Ambos partidos empatarían en la horquilla de los 20 escaños, muy lejos de los resultados que llegaron a ostentar durante el ciclo del procés. La estrategia de sostener a Pedro Sánchez en Madrid y a Salvador Illa en Cataluña parece haber desgastado a los dos por igual.

El independentismo, además, muestra ahora una fractura interna evidente. Junts y Aliança Catalana sumarían 40 diputados, pero sus proyectos son incompatibles. Uno defiende el pragmatismo negociador con el PSOE, mientras el otro se presenta como una fuerza abiertamente unilateralista.
La encuesta, en definitiva, confirma que el cordón sanitario ha fracasado. La insistencia en excluir a determinadas fuerzas ha acabado fortaleciendo su discurso y multiplicando sus apoyos. Cataluña se dirige hacia un nuevo ciclo en el que la hegemonía de la izquierda y del procesismo se desvanece.
¿Qué podemos interpretar?
La primera interpretación debe ser panorámica, y no es otra que la confirmación de que el postprocés continúa con su marcha lenta pero constante. De esta manera, el panorama político que se dibuja en el horizonte constata dos aspectos. El primero, que el tripartito es un fruto del capricho aritmético (depende literalmente de un diputado), el segundo, el nuevo debate político.

Sobre el tripartito, podemos decir que es solo la herramienta que ha servido para vehicular el colapso del procesismo. Por lo demás, es una confluencia de partidos que no responde a ningún proyecto sustancial más allá de los intereses comunes pragmáticos. Por un lado, el 'sanchismo' vía Salvador Illa, y por otro la minimización de daños de ERC y Comuns.
Sobre el nuevo debate político queda evidenciado que Cataluña no es ninguna novedad en comparación con el resto de Europa. Solo era una cuestión de tiempo que nuevas voces y actores reciclaran la realidad al caso catalán. Ahora bien, es cierto que el caso catalán cuenta con la particularidad de ser una síntesis muy distintiva de nacionalismos cruzados y progresismo ambiental.
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