La guerra que se avecina en Esquerra
La segunda fase congresual en marzo abona el terreno para una nueva confrontación
Oriol Junqueras ha culminado con dificultades pero con éxito la fase de la conquista del poder en ERC. Ahora queda la segunda fase, la de la consolidación. Esto abrirá una nueva guerra interna, que podría visibilizarse en las ponencias del congreso dentro de tres meses.
La primera fase congresual se ha centrado solo en la votación de la militancia para elegir a la nueva dirección. El siguiente paso serán las ponencias de la nueva dirección sobre la organización interna, la estrategia y la orientación política. Ponencias que se pondrán a debate probablemente en el mes de marzo, y que ofrecerán un nuevo espacio de confrontación para los sectores derrotados.
Esto explica en parte la prudencia de Oriol Junqueras a la hora de ejecutar la transición en el partido. Su victoria por un margen muy ajustado evidencia el riesgo de fractura. Los antijunqueristas podrían presentar enmiendas a las ponencias para contestar el poder de la nueva dirección.
La guerra no ha acabado
Junqueras ha reunido a la ejecutiva el próximo lunes 23 de diciembre para acelerar dos temas prioritarios. Uno, la comisión de la verdad para esclarecer las responsabilidades de la estructura B y las campañas de falsa bandera. Dos, la negociación de los presupuestos con el PSC.
Pero hay temas más de fondo que serán aplazados hasta el debate congresual del mes de marzo, y que marcarán la consolidación del nuevo poder. Será entonces cuando Nova Esquerra Nacional y Foc Nou intentarán introducir sus enmiendas para condicionar el rumbo de la organización. Junqueras tendrá que calcular muy bien los tiempos y las decisiones para evitar contratiempos.
La poniencia estatutaria podría ser el primer campo de batalla entre el nuevo poder y los sectores derrotados. Roviristas y octubristas coinciden en la necesidad de diferenciar en los estaturos al presidente del partido del candidato a la presidencia de la Generalitat. Algo que podrían forzar con una enmienda para limitar el liderazgo de Oriol Junqueras.
Las ponencias estratégica y política podrían también servir para plantear un pulso a Junqueras. En este caso hay más afinidad entre roviristas y junqueristas, y sería Foc Nou quien podría presionar hacia planteamientos más rupturistas.
La decisión más importante
Esto impide a Oriol Junqueras llevar a cabo una gran purga en el partido e imponer de buenas a primeras su línea. La unidad no puede ser un mero recurso retórico. Necesita sumar a los diferentes sectores dentro de su proyecto para volver a convertir ERC en un partido de masas y consolidar su estrategia política.
A corto plazo, la integración de los díscolos es necesaria para imponer la nueva estrategia y la nueva orientación política sin sobresaltos. A largo plazo, la unidad en torno a su proyecto es fundamental para no perder militantes y revertir la tendencia negativa a nivel electoral.
La nueva dirección tiene varias fórmulas para conseguirlo. Podría incorporar directamente a dirigentes de los otros sectores a las estructuras de poder orgánico e institucional. O transigir en algunos puntos de las ponencias, que ya cuentan con la participación de las diferentes corrientes.
Una muestra de la prudencia de Junqueras ha sido su negativa a descabezar el grupo parlamentario, con mayoría de roviristas. Necesita un clima de relativa armonía para ganar la segunda fase congresual, que es donde se medirá verdaderamente su fuerza. Es ahí donde se decidirá si ERC sigue siendo un partido exclusivamente independentista, como quieren los críticos, o si avanza hacia un nuevo paradigma, como sueñan Junqueras y los suyos.
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