Polémica por el nombramiento del nuevo gerente de Esquerra, amigo de Oriol Junqueras
A Lluís Salvadó le persigue un episodio machista por el que su partido no le castigó
Uno de los agraciados con la victoria de Oriols Junqueras es Lluís Salvadó, que ha formado parte del mobiliario procesista durante años. Amigo y fiel seguidor de Junqueras, Salvadó será el nuevo gerente de ERC en sustitución de Jordi Roig. Este es un cargo fundamental para un partido que, como ERC, está deshecho por dentro.
Durante su vida política, Salvadó ha transitado por muchos cargos políticos y estructuras de poder procesista. Salvadó lo ha probado casi todo: presidente del Puerto de Barcelona, diputado, alcalde, hombre fuerte del partido y secretario de Haciendo durante el 1-O. Por esto último, Salvadó también está pendiente de que se le aplique la amnistía.
La sustitución de Roig por Salvadó es una clásica transición de poder que ocurre con los partidos cuando ganan unos y pierden otros. Y es que, cuando Rovira se enfrentó con Junqueras, Salvadó apostó por Junqueras y le ha salido bien. De este modo, Salvadó vuelve a primera línea como uno de los fontaneros más importantes de la política catalana.
Su labor fundamental será poner orden dentro del partido y hacer las correspondientes purgas de adversarios. El orden interno dentro del partido es condición necesaria para que Junqueras pueda aplicar la estrategia que tenga en mente. En última instancia, esto se reducirá a controlar a las voces más unilateralistas y contrarias a sostener al PSC.
“Las tetas más gordas”
Este nombramiento no está exento de polémica por la razón de que a Salvadó le persigue un sórdido episodio ocurrido hace unos años. Poco después del referéndum del 1-O, se filtró a la prensa una conversación telefónica en la que Salvadó tenía evidentes comentarios machistas. Su móvil fue uno de los intervenidos por la Guardia Civil para investigar la organización del referéndum.
En la conversación, Salvadó hacía bromas sobre la dificultad de encontrar mujeres para dedicarse a la política y cumplir con las cuotas de género. Entre otros comentarios, Salvadó proponía poner de consejera de Educación a una mujer que fuera especialmente atractiva. “Una rumana o una brasileña”, dice Salvadó entre risas, o la que tenga “las tetas más gordas”:
El partido le abrió un expediente por estas palabras y Sergi Sabrià, uno de los grandes perdedores de la actual situación, consideró las palabras como “inaceptables”. Pero al final no se tomaron medidas contra él.
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