La gran esperanza: cuenta atrás para la segunda era de Donald Trump
Más allá del ruido mediático, muchos esperan de él que restablezca el paz global y el orden interno
Donald Trump volvió a obrar el milagro, y contra todo pronóstico se impuso al establishment para ser reelegido presidente de los EEUU. El 20 de enero tomará posesión de su cargo para inaugurar una nueva era en la política norteamericana y mundial. Un giro de 180 grados respecto de su predecesor (Joe Biden), que deja una recesión económica y el mundo en llamas.
Muchas incógnitas se abren a partir de ahora. Más allá del ruido mediático, Trump llega como la nueva esperanza para restaurar el orden global. Lo cual implica retos inmediatos como la redefinición de las relaciones con Rusia y China, o qué hacer en Ucrania y Oriente Medio.
Los expertos auguran un segundo mandato impredecible, con un Donald Trump más maduro pero también más vengativo. A nivel interno, las purgas en la administración y la política migratoria serán las tareas más urgentes de la nueva administración. En política exterior, su éxito dependerá sobre todo de su capacidad para imponer una paz rápida y duradera.
Ucrania la prioridad, Oriente Medio después
El segundo mandato de Donald Trump genera muchas expectativas, sobre todo por el pésimo legado de su predecesor. Con el mundo al borde de una guerra global, su reto consistirá en el apaciguamiento. Su prioridad es claramente la pacificación del frente euroasiatico (Ucrania) como paso previo al gran desafío de Oriente Medio.
Distensión con Rusia y guerra comercial con China, son las líneas maestras de la nueva etapa de Donald Trump. El neoyorquino quiere aprovechar la debilidad de Zelensky y la Unión Europea para ofrecer un plan de paz irrechazable. Su idea es firmar la paz cuanto antes.
La pacificación de Ucrania redefinirá el papel de Estados Unidos en la OTAN y ayudará a desbloquear el complejo tablero de Oriento Medio. Trump necesita reforzar sus relaciones con Israel, pero sin llegar a la confrontación directa con Moscú. Lo que está claro es que en este segundo mandato veremos a un Trump más diplomático y volcado en la política exterior.
En paralelo al repliegue bélico, el mandatario quiere reforzar su plan proteccionista declarando la guerra comercial a China. Esto es lo que abre más incertidumbre en su segundo mandato, y donde se puede acabar enganchando los dedos.
Hegemonía cultural y orden interno
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca culmina la ola ultraconservadora que se está extendiendo a nivel global. Su segundo mandato será también una oportunidad para desmantelar la hegemonía woke que ha imperado estos últimos tiempos. La cuestión es si será capaz de impugnar también la Agenda 2030 y el plan de los poderosos para su aplicación.
La presidencia de Trump puede acabar decantando la balanza en la guerra cultural que mantienen la izquierda woke y la derecha radical. De hecho, hay analistas que creen que el 20 de enero acaba el siglo XX y empieza el siglo XXI. Un cambio de era.
También vaticinan una purga en la administración y una recentralización del poder para vengarse de sus enemigos. Así como una rectificación de las medidas de la anterior administración, especialmente en cuestiones ideológica. Su gran reto a nivel interno tendrá que ver con la restauración del orden (delincuencia, fentanilo) y la crisis migratoria.
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