Primer plano del líder de ERC en Cataluña Oriol Junqueras
POLÍTICA

ERC se convierte (de nuevo) en el hazmerreír tras el retraso en la Hacienda catalana

Que los socialistas manejaban los tiempos desde el principio era de una evidencia dolorosa

En E-Notícies ya se avanzó: Firma ahora y paga después: la estrategia del PSC con ERC. Aquello que se anticipaba hace semanas ha acabado por confirmarse: la Hacienda catalana no empezará a recaudar el IRPF hasta, como mínimo, 2028. Es decir, dos años más tarde de lo prometido en el acuerdo de investidura entre ERC y el PSC. Todo encaja en una estrategia que el socialismo domina con maestría: prometer ahora y aplazar la entrega. Mientras tanto, tienen el poder.

El Govern de la Generalitat presentó el plan director para el despliegue de la Agencia Tributaria de Cataluña justo en el último día de plazo. Un documento elaborado junto con la empresa Indra que certifica lo que ya se intuía: ni habrá IRPF en 2026, ni la estructura administrativa está preparada. El informe establece que en 2027, con suerte, se podrá prestar “asistencia plena” en la campaña de la renta. Y que en 2028, quizás, se podrá colaborar en la “aplicación tributaria de determinadas funciones”.

De promesas a plazos 

La noticia ha generado un nuevo bochorno para ERC, que vendió el pacto con el PSC como un gran avance en el autogobierno fiscal. Marta Rovira, que se apoyó en la épica antes de desaparecer en Suiza, llegó a decir que el acuerdo era un paso hacia la independencia. Mientras los republicanos corrían a anunciar titulares, los socialistas tomaban nota, aguantaban el tipo y compraban tiempo.

Dos hombres vestidos de traje se dan la mano mientras se miran en un entorno formal con una puerta de madera al fondo

El caso es especialmente grave si se tiene en cuenta que la recaudación del IRPF fue uno de los puntos estrella del acuerdo. Se firmó que en 2026 Cataluña gestionaría el impuesto. En cambio, el calendario oficial dice otra cosa. En 2025 solo se atenderán citas previas; en 2026, asistencia plena si se llega; en 2027, primeras pruebas de gestión; y en 2028, colaboración parcial. 

ERC traga mientras el PSC gana tiempo

Lo peor para los republicanos no es el retraso, sino la manera en la que todo el mundo lo ve venir. La falta de personal, las carencias técnicas y la imposibilidad material de manejar 30.000 millones de euros en tributos eran de una evidencia dolorosa. Por eso el PSC nunca prometió fechas cerradas; habló de procesos, fases y, sobre todo, "comités de expertos". ERC, en cambio, buscaba titulares para vender su servidumbre dentro del tripartito.

La estrategia socialista es tan evidente como eficaz: utilizar la necesidad de ERC para mantenerse en el poder mientras se difuminan los compromisos. Cuando ERC amenaza con no apoyar los presupuestos, Illa responde con tranquilidad institucional. Porque no hay que olvidar que el único factor explicativo de toda esta situación es que ERC es un partido deshecho, con un miedo patológico a una repetición electoral y que viene de su peor resultado.

Dos personas sentadas en un banco de madera conversando en voz baja.

Finalmente, hay que notar que todas estas dilaciones de tiempo (2-3 años) son ideales para mantener el poder en contextos de legislaturas cortas. Es decir, que la hacienda catalana será antes un reclamo electoral en 2027 que una realidad institucional. Hasta entonces, el PSC podrá decir que ha estado una legislatura en Palau.

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