Un hombre con gafas revisa un documento mientras sostiene un bolígrafo.
POLÍTICA

Carles Puigdemont también mintió en su currículum

El expresidente ha hecho muchos malabares para esconder el hecho de que no es licenciado en periodismo

La ola de escándalos por currículums falseados entre políticos sigue creciendo, y a la ya conocida mentira de Noelia Núñez (PP) se suman casos de todos los colores. Licenciaturas inacabadas, másteres inflados y cursos que se hacen pasar por titulaciones oficiales. En medio de este vendaval, un viejo fantasma ha vuelto a sobrevolar la figura de Carles Puigdemont. Según ha recordado recientemente el programa El análisis: Diario de la Noche, emitido por Telemadrid, el expresidente de la Generalitat también maquilló sus credenciales académicas.

Durante años, el entorno de Puigdemont dio por supuesto que era licenciado en Periodismo. Y no era un simple rumor: esa información figuraba de forma explícita en la memoria de cargos del Parlament de Cataluña en la legislatura 2010-2012. Concretamente, en la página 52 de dicho documento se indica que el entonces diputado era “licenciado en Periodismo”. Pero según la investigación de Telemadrid, esa afirmación es falsa: Puigdemont no solo no obtuvo la licenciatura, sino que ni siquiera la inició. Su formación académica se reduce al bachillerato.

Para sorpresa del programa de Telemadrid, Puigdemont envió un burofax exigiendo una rectificación. En su escrito, su abogado se apresuró a aclarar que su cliente "jamás ha mentido indicado que era licenciado en periodismo". En su lugar, alegaba que Puigdemont ha desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la comunicación y el periodismo.

Carles Puigdemont con chaqueta gris, con la mano en la barbilla, parece pensativo en un evento al aire libre.

Sin embargo, lejos de disipar las dudas, la defensa del expresidente dio lugar a una revisión más exhaustiva. Su perfil público en redes como LinkedIn no recoge ninguna licenciatura en Periodismo, pero sí menciona estudios de Filología Catalana en la Universidad de Girona, que no llegó a completar. Aparece indicado de forma literal como “estudios no finalizados”. Una versión que coincide con la ya publicada en 2018 por La Sexta, cuando este medio confirmó que Puigdemont había dejado los estudios superiores sin título universitario alguno.

Un viejo hábito entre políticos

El caso de Puigdemont no es el único ni el más reciente. Estos días han salido a la luz currículos embellecidos de nombres como Pedro Sánchez, Óscar Puente, Pilar Bernabé, Yolanda Díaz, Patxi López o Juanma Moreno. Algunos inflaron titulaciones inexistentes, otros omitieron que no terminaron sus estudios, y varios convirtieron programas de formación interna en másteres con apariencia oficial.

Los casos se acumulan y la lista crece: estudios no completados que se presentan como carreras finalizadas, másteres impartidos por fundaciones que no son universidades, y menciones honoríficas que se confunden con titulaciones regladas. En este contexto, el nombre de Puigdemont regresa para recordar que no es solo el presente, sino también el pasado, el que pesa en la credibilidad de la clase política.

La pregunta, por tanto, ya no es cuántos políticos han falseado sus estudios, sino cuántos más quedan por descubrir. Mientras tanto, la desconfianza ciudadana sigue creciendo. Y cada nuevo caso no hace más que reforzar la sensación de que el mérito académico es una herramienta más del marketing político.

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