En Cataluña nacen 1.740 niños menos cada año, y 1 de cada 3 es de madre extranjera
Los primeros nacimientos de 2025 han reabierto el debate de la sustitución demográfica
Los primeros nacimientos de 2025 en Cataluña han sido motivo de un nuevo debate sobre la crisis demográfica. La mayoría los neonatos son de padres extranjeros. Donde unos ven un reemplazo demográfico, otros ven una obsesión racista y xenófoba de la extrema derecha.
El debate merece un análisis más de fondo, al margen de la disputa ideológica.
Si acudimos a los datos oficiales, es indiscutible que Cataluña sufre una crisis demográfica desde hace al menos dos décadas. No hay una sola causa, sino que se trata de un fenómeno multifactorial relacionado inevitablemente con la inmigración. Según los datos, el descenso de la natalidad de los autóctonos se produce en paralelo a un aumento de la natalidad de los extranjeros.
Pero vayamos a los datos (basados en la estadística anual del organismo oficial Idescat)
Cataluña experimentó un crecimiento sostenido de la natalidad desde 1998 hasta 2008. En 1998 nacieron 56.572 niños, mientras que una década después, en 2008, nacieron 89.024. Esto supone un crecimiento del 36% de la natalidad en un período de diez años.
La década horrorosa
En 2008 empieza un descenso sostenido hasta hoy, pasando en quince años de 89.024 nacimientos a 54.182. Cataluña registró en 2023 el peor dato de natalidad de los últimos treinta años. Otro dato interesante es que en la última década han nacido una media de 1.740 niños menos todos los años.
El gran salto al vacío se produce entre 2012 y 2013, cuando se pasa de 77.413 nacimientos hasta 71.591. Es decir, seis mil nacimientos menos en un solo año. Desde 2014 se produce un descenso sostenido de entre 830 y 3.237 nacimientos en función del año, lo cual da una media de 1.740 nacimientos menos cada año.
1 de cada 3 nacidos son de padres extranjeros
En 2023, el último año del que hay datos, nacieron 2.200 niños menos que el año anterior (un descenso de casi el 4%). Ese año, 53.408 de los nacidos fueron de madre española, 2.551 menos (-6,7%) que el año anterior. En cambio, 18.774 de los nacidos fueron de madre extranjera, 551 más que el año anterior (+1,9%).
En 2023, el número de nacidos de madre extranjera escaló hasta el 346% del total de los nacidos. Es decir, uno de cada tres nacimientos en Cataluña son ya de padres extranjeros. Lo cual contrasta con un descenso pronunciado de la natalidad entre la población autóctona.
Causas de la baja natalidad
El pronunciado descenso de la natalidad no es exclusivo de Cataluña, pues se corresponde con la tendencia actual de las sociedades occidentales. Pero en Cataluña el proceso empezó antes, y se ha dado de una forma más pronunciada.
Aunque se suelen esgrimir razones de tipo económico, el mayor peso lo representan los factores antropológicos y culturales. La introducción de la mujer en el mundo laboral, la precariedad de los jóvenes y el difícil acceso a la vivienda son algunas de las causas. Pero también influye el bombardeo de mensajes antinatalidad en los medios de comunicación.
También se relaciona con el factor de la hiperpaternidad, es decir, el aumento exagerado de los estándares de lo que es un buen padre. O la sacralización de la crianza, que genera ansiedad en madres y padres y actúa como factor disuasorio.
Natalidad y reto migratorio
Junto a algunos comentarios racistas en las redes, otros se limitan a llamar la atención sobre el fenómeno. Que la mayoría de los primeros nacidos en 2025 sean de padres extranjeros no es casualidad, sino que forma parte de un proceso estructural. Lo cual merece un análisis sosegado y ser tratado si no como un problema, sí como un reto.
Puesto que los procesos migratorios irán al alza en los próximos años, y que en Occidente están triunfando los mensajes antinatalidad, la tendencia va camino de consolidarse.
Tener un amplio grupo de población inmigrada no solo supone un choque cultural, sino también un reto para la supervivencia de la identidad de la población autóctona. Especialmente en un lugar con la idiosincracia de Cataluña, con una cultura y una lengua minoritaria en retroceso. Los expertos advierten que el catalán podría desaparecer en dos o tres generaciones.
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