El circo procesista abre una nueva etapa con las mismas caras que en 2016
Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se reúnen en Waterloo en pleno declive del procesismo
Tras varios batacazos electorales, los dos principales partidos procesistas apostaron por abrir una nueva etapa. O eso dijeron. Y es que tanto ERC como Junts decidieron iniciar esta nueva etapa… con las mismas caras que han gobernado las respectivas formaciones en la última década.
Oriol Junqueras fue reelegido hace unos días presidente de ERC. Lleva ya 14 años en el cargo. Por su parte, Carles Puigdemont fue proclamado nuevo presidente de Junts hace unos pocos meses, a pesar de que nunca ha dejado de ser el líder de la formación creada en 2020. Eso sí, Puigdemont lidera este espacio político desde que se convirtió en presidente del Govern en el año 2016.
Una reunión que evidencia el declive del procesismo
En este contexto, esta mañana se han reunido los presidentes de Junts y ERC (junto a los respectivos secretarios generales, Jordi Turull y Elisenda Alamany). Lo han hecho en Waterloo, ya que Carles Puigdemont sigue fugado de la justicia española. Según Junqueras, que ha atendido a los medios antes del encuentro, el objetivo de la reunión es que los dos principales partidos procesistas tengan una “relación fluida”. Sin embargo, hay algo más detrás de estas buenas palabras.
Mientras el procesismo tenía el poder autonómico a su alcance, ERC y Junts vivían constantemente peleados. De hecho, desde hace años la relación entre Junqueras y Puigdemont es prácticamente nula. Quedarse con la parte más grande del pastel era un premio demasiado goloso y las puñaladas a traición entre los dos estaban a la orden del día.
La guerra iba aumentando a medida que el declive electoral de las dos formaciones se hacía más evidente. Hasta que los dos se han dado cuenta de que lo único que les queda ahora mismo es influenciar en el Congreso y poco más. La mayoría parlamentaria en Cataluña ni la tienen ni está cerca. Todas las encuestas apuntan a que difícilmente la volverán a conseguir. Por lo tanto, toca enterrar el hacha de guerra y empezar un acercamiento tras años distanciándose.
¿Qué les deparará el futuro? Nadie lo sabe, pero es evidente que el procesismo está en horas bajas y que ERC y Junts no pueden mantener constantemente esta guerra mientras van perdiendo cuotas de poder. Toca reorganizar sus posiciones para afrontar una nueva etapa… aunque sea con los mismos líderes cuya credibilidad está más que nunca en entredicho. Así lo demuestra una abstención independentista al alza y el auge de Aliança Catalana y Sílvia Orriols.
Más noticias: